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Andalusíes por el mundo

  • González Alcantud publica una investigación sobre una comunidad que es una élite en Marruecos

José Antonio González Alcantud presentó hace un año y medio el libro El mito de Al-Ándalus, un estudio que salió a la luz en un momento en el que esta herencia estaba siendo atacada desde diversos frentes y "causando un daño irreparable". La intención final era dejar sin argumentos a los "agoreros" que veían una invasión islámica en la reivindicación de la idea de Al-Ándalus. El historiador y antropólogo continúa en las trincheras con la publicación de Andalusíes. Antropología e historia cultural de una élite magrebí (Abada Editores), una publicación que coordina junto a Sandra Rojo y en la que, además del propio Alcantud, escriben diversos investigadores, entre ellos el actual director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Reynaldo Fernández.

Alcantud subrayó en la presentación que, aunque el término andalusí ni siquiera formaba parte del lenguaje cotidiano hace 25 años, se ha ido cargando de significaciones que no sólo atañen a los andaluces, también a un conjunto más amplio de población asentada en el Magreb sobre todo, aunque también en Oriente Medio y en América Latina. "Son sitios alejados donde se comparte una misma pulsión, la nostalgia de Al-Ándalus", explicó ayer Alcantud en la presentación en el Palacio de Carlos V, algo con lo que ya elucubró como una premonición Francisco Ayala en uno de los cuentos de La cabeza del cordero. "Es evidente que hay un fondo romántico en todo esto, un deseo de encontrar sentimentalmente un horizonte poético y social con connotaciones políticas y culturales que nos fraternizan", prosiguió el historiador, para quien este sentimiento " nos hermana por esta pertenencia mítica".

Alcantud, que ha venido desarrollando diferentes estudios en el Norte de África en los últimos años, destacó que los andalusíes son una élite urbana en Marruecos. En su opinión, a poco que se estudie su historia, se encuentra que "siempre han estado cercanos a los gobernantes". De hecho, hasta hace poco, "la mitad del gobierno estaba compuesto por andalusíes". "Sin embargo, de nada de eso hemos sido conscientes aquí, salvo excepciones, con el término moro se englobaba a todo el que habitaba al otro lado del Estrecho", señaló Alcantud.

Sin embargo, hoy es una situación diferente y la propia constitución marroquí, "que se renovó hace poco", ya contempla la identidad andalusí. En este punto, Alcantud recordó cuando hace unos años, coincidiendo con el cuarto aniversario de la expulsión de los moriscos, el actual decano de la Facultad de Filosofía y Letras, José Antonio Pérez Tapias, hizo una proposición para pedir disculpas a los moriscos. Y acabó "linchado" en diferentes medios porque "decían que detrás de esta propuesta iban a llegar las pateras, sin mencionar que con los judíos ya se había hecho".

Según Alcantud, esta especie de falta de reconocimiento de este horizonte dificulta las relaciones, lo que se ve claramente en que la élite andalusí de Marruecos nunca se ha querido asentar en España. "Es raro, porque han establecido colonias comerciales en Boston o en Marsella, pero nunca en Madrid o Barcelona. Esto quiere decir que ha habido un poso de rencor por esta falta de reconocimiento, por sentirse despojados de su memoria, aunque esto está empezando a cambiar", señaló el historiador, que también quiso combatir la tendencia de identificar a los andalusíes con el horizonte musulmán. De hecho, "bajo este término se engloban otras realidades culturales muy importantes". La mayoría de los andalusíes que emigraron en el siglo XI -con los disturbios en Córdoba y que se asientan en ciudades como Fez- son hebreos que se convierten al Islam para no abandonar la medina y continúan con unas prácticas culturales propias. También hay personas de horizonte andalusí que se reivindican como cristianos. "Tenemos una mezcla de elementos que todos se cohesionan en torno al sentimiento andalusí", defiende el catedrático de la UGR. "Lo andalusí no es sólo lo musulmán, es el averroismo, es la racionalidad, la filosofía por delante de la teología, un horizonte que este libro demuestra que tiene personas concretas que ocupan puestos de responsabilidad en sus países", continuó Alcantud en su 'cruzada' contra una corriente que está encontrando cierto eco en país como Francia y que defiende que la cultura europea no le debe nada a Al-Ándalus.

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