Antoni Miralda obtiene el Premio Velázquez 2018

El jurado destaca la "sólida y transdisciplinar" carrera del catalán, muy centrada en el "concepto de ritual"

El artista catalán Antoni Miralda, en una imagen reciente.
El artista catalán Antoni Miralda, en una imagen reciente. / Efe
Carmen Sigüenza (Efe)

Madrid, 23 de octubre 2018 - 02:37

Antoni Miralda (Terrasa, 1942) obtuvo ayer el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2018. El galardón "reconoce una manera de entender el arte y mi trabajo y abre una puerta" a la creación que va "más allá de los recintos museográficos cerrados" y "enmarcado en las instituciones", sostuvo el artista catalán, que se embolsará 100.000 euros gracias a este reconocimiento que anualmente concede el Ministerio de Eduación, Cultura y Deporte.

El jurado destacó la "trayectoria artística sólida y transdisciplinar" de Miralda, desde los años 60, cuando comenzó su andadura tras su formación en los más prestigiosos y caros centros artísticos de Barcelona, París, Londres y Nueva York, hasta el presente. El eje que caracteriza su carrera se encuentra en su exploración del "concepto de ritual y fiesta, con un sentido lúdico y participativo que evidencia el carácter político y crítico de su obra".

El artista, que defiende un arte "más allá" del museo, se embolsará 100.000 euros

Además, añadió el jurado, "sus acciones colectivas, que involucran a gran parte de la población, tanto a audiencias vinculadas al mundo artístico como a agentes de la vida cotidiana, exaltan su capacidad de seducción estética, el carácter organizativo de su práctica y su incansable trayectoria".

"Me gusta investigar el arte que puede surgir y extenderse con la participación de diferentes personas, comunidades o barrios", explicó Miralda, que vive hoy entre Barcelona y Miami.

Entre sus próximos proyectos destaca su participación el próximo 1 de noviembre en Nueva York en una gala en honor a Christo y Jeanne-Claude, la artista colaboradora de Christo y su pareja, fallecida en 2009. También la celebración de una próxima exposición en la galería Senda de Barcelona y una intervención en Miami. "Este premio también me va a venir muy bien para poner en marcha otros proyectos que tengo encima de la mesa y que estaban atascados", reconoció el artista.

Miralda comenzó a trabajar en los 60 con objetos y happenings relacionados con la idea de la fiesta, las liturgias ceremoniales, los ritos florales y las procesiones, para comenzar a centrarse ya a finales de esa década en la "alquimia de las metamorfosis" con sus "objetos comestibles". Ya en su etapa parisina el artista empezó a realizar proyectos introduciendo el "ceremonial de la comida como elemento creativo a partir del color y su simbolismo", que él explica en clave de "precoz preocupación antropológica por el ritual".

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