Sostiene Antonio Carvajal que la posteridad ha sido injusta con la figura de la Reina Juan I de Castilla, que ha pasado a la historia con el sobrenombre de Juana 'la Loca'. Una locura que el Premio Nacional de Poesía cuestiona en el último libreto para la ópera que ha realizado junto al músico Alberto García Demestres.

La opera, que lleva por título Juana sin cielo y es la segunda colaboración de este tándem artístico que ya abordó la figura de Mariana Pineda, tendrá su estreno absoluto este viernes en el Auditorio Manuel de Falla. Y habrá segundo pase el sábado, a la misma hora, las 20:30 horas.

La ópera, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Granada y la Orquesta Ciudad de Granada en colaboración con GEGSA, presenta a Juana la Loca como un alma en pena. “Interior de una iglesia. Frente al altar un ataúd con el evangeliario sobre él. Junto a féretro el cirio pascual. Se escucha el coro en la lejanía. Juana, alma en pena, está sentada en el suelo junto al ataúd, abrazándolo evoca su vida de dolor”, así describe Alberto García la puesta en escena de Juana sin cielo, para la que siempre concibió a la soprano María Katzarava.

A pesar de la austeridad y de que la monarca es un alma en pena, la mexicana de raíces georgianas no estará sóla en escena. “Las voces del coro, atemporales, la acompañan, ahora en el Oficio de Difuntos, ahora recordando los versos de Catulo o la palabra de Job, ahora poniendo una mirada contemporánea a la vida de Doña Juana y subrayando lo que hoy se vería como violencia de género”, explica García Demestres.

Por su parte, el alcalde, Luis Salvador, destacó que propuestas como la que ayer se presentó en rueda de prensa en La Madraza “toman un valor más especial con la participación de la OCG, una orquesta tan querida y respetada por los granadinos, y en la que todas las instituciones estamos haciendo un gran esfuerzo para garantizar que no sólo perviva en el tiempo, sino que pueda tener los máximos estándares de calidad”.

Juana sin Cielo se presenta como una producción compleja que trata de ahondar en la figura de la reina sin caer en tópicos. Por lo que se refiere al lenguaje musical, la opera bebe de diversas fuentes, con una escritura que puede sugerir la polifonía vocal del Renacimiento como evocar las danzas cortesanas o las marchas de aquel periodo. Destaca también la afinidad con el melodrama italiano del sigo XIX, de Donizetti, Verdi o Puccini.

En el acto de presentación de la ópera junto al autor del libreto y la compositor musical, también intervinieron ayer María Katzarava; el director de escena Rafa Simón y el director de la OCG, Günter Vogl.

Todos coincidieron en la elevada calidad de una producción que representa a la desdichada reina en el momento de su muerte, después de 46 años de reclusión en Tordesillas, como a una mujer que, pese al maltrato físico y psicológico sufrido, se niega a ser dominada por el resentimiento.