Entrevista

Antonio María Claret García: "El PSOE ha perdido la experiencia regional de ir a la contra"

El autor durante la entrevista, realizada en la redacción de GranadaHoy.

El autor durante la entrevista, realizada en la redacción de GranadaHoy. / José Velasco / Photographerssports

Antes, cuando ejercía como cirujano, Antonio María Claret García (Cartagena, 1950) entrenaba la precisión y el pulso necesario para las operaciones pintando soldaditos de plomo. Ahora, ya jubilado, este miembro histórico del PSOE, que entre otros cargos fue delegado de Salud de la Junta, vicesecretario provincial del partido o concejal, dedica su tiempo libre a otra tarea igual de lenta, la revisión de las hemerotecas y archivos históricos para profundizar en los hilos de la historia.

El que fuera también presidente de CajaGranada acaba de publicar su segundo libro De la cárcel al Parlamento. Historia del PSOE de Granada. Franquismo y Transición (1939-1985) (Comares) en el que desgrana cómo el partido se reorganiza desde la cárcel y como afronta posteriormente su nueva vida, bajo la dictadura de Franco, primero, y bajo la Transición, después. Todo ello tirando de documentos oficiales, porque, como él mismo asegura, la memoria y los recuerdos son traicioneros y prefiere fiarse de la objetividad de los documentos. 

Las elecciones municipales ya se otean en el horizonte ¿cómo ve al PSOE para esta cita? Hay en juego muchas plazas clave, entre ellas Granada.

Soy un jubilado y miro muy desde fuera la campaña, que conste, pero tengo la sensación de que Paco Cuenca ha sido muy buen alcalde y yo confío en él, y todo lo que escucho en la calle es que la gente también confía en él y lo va a apoyar. Fuera de Granada habrá de todo, pero el PSOE tiene una base estructural muy fuerte y eso es algo que no se tiene en cuenta casi nunca, pero la estructura del socialismo llega a todos los pueblos de la comunidad autónoma, y eso le da una base social y electoral muy potente, entonces quien piense que el partido socialista no va a tener unos buenos resultados, se equivoca.

Habla de una estructura social fuerte del socialismo, pero el 19J Granada, y Andalucía, se tiñó de azul.

Algo bueno hicieron ellos y algo malo hicimos nosotros para que eso pasase. Probablemente nosotros estábamos desmovilizados. Mis sensaciones son que el PSOE no estaba en el mejor momento de su actividad, pero ha cambiado mucho, es un partido que ha pasado una transición mala, pero ahora está perfectamente asentado. Lo que quiere la sociedad en este tipo de elecciones es que le resuelvan los problemas, el alcalde está para eso y la gran política queda en otro lado ahora.

Si se dan esos buenos resultados el 28M, ¿sería el paso previo entonces para que el PSOE vuelva a San Telmo?

Para eso queda mucho (risas). Si en política un año es mucho, tres años y medio es infinito.

Centrándose en el libro, ¿cómo ve a este PSOE en comparación con el que salió de la Guerra Civil y pasó por la Transición?

El libro comienza al final de la Guerra Civil, con la organización del partido en la cárcel, ya fuera se organizan grupos de apoyo a los presos o sus familias. Eso empieza a crecer en un ambiente de represión, después durante la dictadura se fueron reorganizando. Durante la Transición hay un cambio sociológico importante en España y el partido supo adaptarse a ese cambio, hizo la renovación de sus estructuras antes que los demás. Cuando los socialistas llegan al Congreso en 1977, eran gente joven que era identificable con la juventud de entonces y no recordaban a la guerra; el PCE, por contra, sus dirigentes eran todavía gente de la guerra, y eso atrajo mucha gente al PSOE. A partir de ahí comenzó a hacer lo que ha venido haciendo desde la época de Pablo Iglesias, organización: comenzó a abrir agrupaciones locales, afiliar gente,... y así se formó la estructura que tiene ahora. Respondiendo a tu pregunta, el PSOE supo adaptarse a la guerra, supo adaptarse a la dictadura, supo adaptarse a la Transición y creo que ahora estás sabiendo adaptarse, aunque es cierto que las circunstancias sociales son distintas. 

La participación está a la baja en cada cita electoral. ¿Tienen los candidatos de hoy aquel carisma que tenía, por ejemplo, Felipe González?

Hay otra forma de comunicarse, antes había que ir a los sitios y mantener las relaciones y parece que eso daba más caché, más importancia, ahora casi todo se hace a través de Internet, y eso es otra manera de hacer la acción política completamente distinta. Ahora se hace más política por las redes sociales y menos por mítines e ir a los pueblos. Y eso también influye cómo se percibe la política. No debe decirse que todo lo anterior fue mejor, fue distinto, correspondiente a otro momento. En la época que retrato en mi libro, había ganas, ilusión, de sacar un país adelante, y ahora la sociedad ve que hay una democracia consolidad y no necesita tanto empuje. Estoy convencido de que si tuviésemos una situación de crisis como la de los años 70, el pueblo español volvería a movilizarse. 

La parte más joven de ese pueblo español, la que no vivió la guerra, se enfrenta a su propia crisis, marcada por la precariedad.

En un grupo de debate al que pertenezco se planteó una cuestión en pleno Covid: ¿cómo va a salir la sociedad de esta situación? Había gente que decía que iba a salir una sociedad deprimida, otros decían que escéptica, ... lo que yo sostuve es que íbamos a tener una época de explosión vitalista, que es lo que está sucediendo ahora. Es lo mismo al final de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda. Los jóvenes de ahora, dicen los sociólogos, no tenéis esa pulsión de lucha y preferís vivir experiencias y tener una vida vida, algo que yo veo bien, pero eso también pasará, son solo épocas. 

¿Esa falta de pulsión no terminará por condenar a los partidos? Si la gente no quiere luchar, no milita y no se renuevan las formaciones

Hay gente que milita y se mete en partidos, ahí están por ejemplo Ciudadanos y Podemos. El PSOE, por lo que yo sé, tiene buenas cifras de afiliación. Además, en la vida no es solo la política, se puede pertenecer a un grupo ecologista y tener actividad social y política. 

Antonio María Claret. Antonio María Claret.

Antonio María Claret. / José Velasco / Photographerssports

Precisamente, parte del tirón de Iglesias o Rivera venía de su juventud, de no identificarse con lo anterior, como el PSOE en el 77.

Pero les ha falta sosiego personal, demasiadas prisas y han tropezado. Tampoco tienen historia, un remanso detrás. El PSOE tiene 144 años de historia, desde Pablo Iglesias, el bueno (risas), hasta ahora ha habido una identidad e hilo conductor que le hace ser como es. 

Pero no ha sido un camino recto, en el 79 por ejemplo renegó del marxismo.

El marxismo estuvo en el PSOE exactamente dos año (risas). El partido ha sido marxista y no marxista siempre, de hecho en sus orígenes es la parte marxista de la Primera Internacional, pero nunca lo llevó a sus estatutos, entonces en sus filas había también no marxistas, como Fernando de los Ríos. Entonces en un momento se incluye el término marxista en la definición de partido y Felipe González, y muchos con él, pensó que era limitativo y había que abrir el partido a todas las corrientes socialistas. 

Hablando de eso, quienes le conocen lo definen como un "hombre de diálogo", de consenso, con las disputas en el Gobierno de coalición ¿es ese consenso una utopía?

El consenso es imprescindible. Los partidos no son propietarios de las instituciones, si tienes el voto mayoritario puedes gobernar solo, pero si no lo tienes es obligatorio el consenso. Incluso cuando tienes la mayoría absoluta es necesario llegar a acuerdos, porque no estás gobernando solo para ti y tus votantes, estás gobernando para la totalidad de ciudadanos. Además el diálogo con otras fuerzas permite comprender cosas que desde tu óptica quizá no comprenderías.

Aquellos partidos del cambio finalmente no han llegado a nada y parece que todo está abocado este 28M a PP y PSOE, ¿es inevitable el bipartidismo?

A mí me gustaría que hubiese bipartidismo. ¿Acaso crees que es mejor este Parlamento atomizado que hay ahora en el que hay que pactar con siete partidos? Que haya partidos predominantes, que no absolutos, que después se tienen que apoyar entre ellos, me parece mucho mejor. El sistema anterior, visto en perspectiva, creo que daba más tranquilidad al país, porque no se gobierna para uno mismo, sino para España en su conjunto. 

Pero una mayoría de partidos, en teoría refleja mejor el pensamiento de los votantes.

La representación es la que da la ley electoral y el respeto de cualquier Estado moderno es el respeto a la ley. ¿Se puede cambiar? Sí, pero mi sensación es que este Parlamento tan atomizado que tenemos, en el que cada vez hay más partidos provinciales exclusivamente, no tiene una visión de España general. 

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro. / G. H.

Aquí en Granada por ejemplo está Juntos por Granada, que apuesta por la independencia de la provincia. ¿Qué opinión le merece este tipo de formaciones?

Son un grupo que nacen porque no se sienten cómodos con el sistema actual y salen a defenderse. Eso lo que nos señala es que no se le da una respuesta desde los partidos mayoritarios y lo que deben plantearse ahora es "si esto surge, qué estoy haciendo para evitarlo", "qué hago yo para estructurar Andalucía y que no me salgan partidos regionales". Algo está fracasando en la articulación y la representación del Estado para que estos partidos nazcan.

Su anterior libro, Los obreros del café de la Mariana, lo presentó en Granada con Susana Díaz

La conozco desde que ella dirigente de las juventudes socialistas y yo era secretario de Organización del PSOE-A y estábamos en el mismo edificio. Yo hablaba mucho con ella y me ha parecido siempre una persona listísima y una política espléndida que tiene por delante mucho futuro aún.

Uno de los momentos más polémicos, y recientes, de Díaz fue su enfrentamiento con Pedro Sánchez por tomar las riendas del PSOE. ¿Cómo recuerda aquel momento?

Esos enfrentamientos internos siempre se ven con desgarro. Hay dos posiciones: el que está en la batalla permanente y los que no estamos implicados en la batalla, que lo vivimos con desgarro, porque son dos partes de un mismo partido enfrentadas, como dos hermanos que se pelean, y para mí aquello fue algo tremendo. 

¿Y qué le parece Juan Espadas, el sucesor de Susana Díaz en el PSOE-A?

Es un hombre muy bueno y muy buen gestor. Lo ha demostrado en la Junta y en el Ayuntamiento [de Sevilla].

Espadas tiene el reto complicado de recuperar la Junta para el socialismo.

Sí, es muy complicado. Además el PSOE ha perdido la experiencia regional de ir a la contra. Está haciendo una labor difícil de poner al partido en marcha para trabajar a la contra y conseguir revertir los resultados. Lo tiene complicado pero está haciendo un trabajo duro que está haciendo poco a poco. 

¿Se había acomodado el PSOE después de casi 40 años en el poder?

No es que se ha acomodado. El partido ha seguido entrando y saliendo de gobiernos que no eran el regional. Ha perdido y ganado diputaciones, ha perdido y ganado ayuntamientos,... La dinámica es la misma. Quizá sí se ha perdido ese punch de conjunto, aunque la gente siguiera trabajando bien en sus organizaciones, esa idea de conjunto sí que se ha debilitado. Y yo espero que se recupere. 

Volviendo al tema de los enfrentamientos, usted vivió uno de los cismas más importantes de la historia reciente del PSOE, la Rebelión de los catetos. Aquello fue en 1983 y cuatro décadas después la izquierda sigue dividiéndose. 

Es cierto que la división es una permanente en la historia del movimiento obrero, no solo del socialismo. El movimiento desde sus orígenes se ha dividido, la pelea entre compañeros ha sido siempre una permanente en la historia. No sabría dar un motivo, pero es cierto que, por ejemplo, lo que está pasando ahora con Sumar y Unidas Podemos es un ejemplo más de lo mismo, hay una pulsión de la fricción, a mí me recuerda mucho a esa escena de La vida de Brian del Frente Judaico Popular y el Frente Popular de Judea (risas).

Viene usted de otro PSOE, de personas formadas y cultas [Antonio María Claret es doctor en Medicina y Cirugía, y en Ciencias Políticas y Sociología por la UGR], de otra forma de hacer política. ¿Cómo ve esa nueva forma de hacer política, basada en las redes o en los programas de entretenimiento?

Estamos ya en otro mundo. Ahora el que no esté en las redes sociales no va a ganar unas elecciones. Es inevitable que sea así. Pero una cosa es eso y otra qué dices ahí, porque tú tienes que decir ideas, que sean inteligentes y calen en la sociedad para que avancen en el progreso. Antes lo hacíamos todo a través del periódico, de papel, pero ahora ya no es el único método. El PSOE, en sus orígenes, era un partido de los impresores, pero ahora tiene que serlo del medio de comunicación actual y ese medio está en las redes sociales. Si no te adaptas a esta situación, el PSOE y el resto de partidos, no puedes llegar a los más jóvenes. 

Ya que menciona los medios tradicionales, ¿cómo ve la información política en la prensa? Cada vez hay menos tiempo para el análisis o la crónica política.

Tengo la sensación de que prima más la inmediatez y el titular. En cuanto surge la noticia, hay que publicarlo y entonces todo va más deprisa y le falta poso a la información. Algo que le pasa a toda la sociedad no solo a la prensa, y eso quita bastante del antiguo sosiego de las opiniones. 

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