Precariedad laboral

Arcángel: "El flamenco pide a voces una regularización"

  • La Unión Flamenca, presidida por Eva Yerbabuena, ha elaborado una propuesta de nueva regulación fiscal y laboral para la "supervivencia" económica del sector

Arcángel, en una imagen de archivo.

Arcángel, en una imagen de archivo. / Jorge del Águila

La Unión Flamenca acaba de cumplir cuatro meses como asociación nacional nacida para "dar voz" al colectivo profesional flamenco y "dignificar" su trabajo a través de un marco jurídico, porque, asegura su vicepresidente, el cantaor Arcángel, el sector "pide a voces una regularización"

Es la principal reivindicación de los artistas de base, aquellos a quienes "muchas veces no se les da de alta en la Seguridad Social" como tales y, por lo tanto, "cotizan menos", pese a que existe un convenido colectivo que "unos cumplen y otros no". "Con los ERTE hay compañeros que están cobrando 70 euros", ejemplifica en una entrevista. 

Las quejas al respecto se han repetido en los encuentros que han propiciado en Sevilla, Granada, Málaga y Jerez, que quieren extender por el resto de la geografía española porque ahora, con los tablaos cerrados y festivales y actuaciones suspendidas, "la cartera aprieta" y la "lucha" por los derechos profesionales se hace "más urgente". 

Unión Flamenca, que preside Eva Yerbabuena y cuenta en su directiva con artistas como el propio Arcángel, Marina Heredia, Dorantes, Rocío Molina, Andrés Marín y Rocío Márquez, ya ha elaborado una propuesta de nueva regulación fiscal y laboral para la "supervivencia" económica del sector, que quieren debatir, entre otras cuestiones, en una mesa permanente en la que estén "las administraciones públicas competentes". 

Otras cuestiones que plantan de cara la futuro es regular las academias de flamenco e incluirlo en las escuelas para fomentar su conocimiento y asegurar su futuro. Por el momento valoran haber conseguido una "unión", sino "plena" sí al menos nueva en un sector artístico en el que coexisten "varias sensibilidades". 

Ello les está permitiendo "ser identificados" como interlocutores válidos ante las distintas instituciones a las que elevan sus reclamaciones, por lo que confían en lograr "una regularización a través de las administraciones públicas que el flamenco pide a voces". 

El flamenco, la última mota de la cultura

Viven la situación actual "con bastante preocupación" porque, lamentan, el flamenco es para el Ministerio de Cultura y otras instituciones "la última mota de la cultura". "Queremos que se reconozca de otra manera, que pase a otro plano en cuanto a derechos y obligaciones", reivindica el cantaor onubense.   

En cuanto a las ayudas aprobadas para distintos sectores culturales por el Gobierno central y los autonómicos, apunta que los artistas flamencos "han podido acogerse a pocas" porque la mayoría se han destinado a "empresas y promotores de eventos", algo que en Unión Flamenca esperan que se corrija. 

Piensa Arcángel que quizá ha pesado en contra de este sector artístico el "individualismo" que impera y que ha impedido "tener un pensamiento colectivo" que favorezca a todos, de las primeras figuras a los que comienzan. 

Pero también lamenta que "ni la sociedad ni a nivel institucional" se valore el flamenco como se merece. "Es un arte al que le ha costado muchísimo entrar en ciertos sitios, aunque eso ha cambiado en los últimos tiempos, pero los flamencos no estamos a la misma altura en consideración social que otros artistas", lamenta. Y ello no se corresponde con su peso antropológico y cultural, además del económico, afirma. 

"Es algo muy de España, que se avergüenza de sus señas de identidad, pero el flamenco nos representa a una gran altura dentro y fuera del país. Aunque sea por puro narcisismo -apunta- deberíamos presumir de algo que hacemos mejor que nadie. Eso hace que en la base no haya respeto ni laboral ni profesional". 

Con un verano "bastante tranquilo" en lo profesional tanto para él como para colegas que están viviendo "con mucho miedo" la falta de ofertas para actuar, Arcángel confía en retomar en septiembre un disco que paralizó el confinamiento y que quiere lanzar en 2021.

"Está en una fase muy inicial, aún no puedo avanzar nada", dice. Pero sin abandonar la lucha con el resto de compañeros de Unión Flamenca: "El flamenco y sus artistas merecen ser mejor tratados, y no se puede ayudar al flamenco sin ayudar al que lo hace".

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