Aniversario

'Arde la memoria' recuerda la quema de libros en Plaza Bib-Rambla

Arde la memoria volvió a conmemorarse ayer en Plaza Bib Rambla

Arde la memoria volvió a conmemorarse ayer en Plaza Bib Rambla / Jesús Jiménez Hita (Photographers) (Granada)

La Plataforma Granada Abierta ha reeditado el acto Arde la memoria para recordar los 523 años transcurridos desde que el cardenal Cisneros asaltó la biblioteca de La Madraza de Granada y ordenó la quema de miles de libros, y para reivindicar que se devuelvan los tomos que se salvaron. El portavoz de la plataforma, Francisco Vigueras, ha explicado que el acto se enmarca en el programa de la Feria del Libro de Granada de 2022, y que este año recupera su fecha de celebración habitual después que el último fuera en octubre del año pasado.

En esta ocasión la celebración coincide con el 523 aniversario de la quema de ejemplares y la efeméride busca un acto que abogue por la interculturalidad. "Se trata de hacer un homenaje a los libros prohibidos, a los que no podemos leer porque fueron quemados, y es una forma de reivindicar una ciudad que durante ocho siglos habló árabe y castellano como símbolo de hermanamiento entre culturas", ha apuntado Vigueras.

Este año ha incorporado una lectura poética colectiva en árabe y castellano protagonizada por las profesoras Nadia Hindi, Desirée López y por estudiantes de Estudios Islámicos y Traductores e Intérpretes de la Universidad de Granada, quienes han recitado pasajes del libro El collar de la Paloma, que fue escrito por Ibn Hazm en el año 1022, coincidiendo con la celebración de su milenio de vida.

Durante el recital, los músicos Ali Keeler y Kamal Nawawi han interpretado canciones de música andalusí para, de esta manera, "apagar con poesía y música las hogueras de la intolerancia", según Granada Abierta. "Hay libros que no podemos leer y no debemos olvidar", ha señalado el portavoz de la asociación, que ha explicado además que la plataforma ha pedido a la Universidad de Granada que reivindique la devolución de los 40 tomos que Cisneros no quiso quemar, la mayoría de medicina y botánica, para poner fin a un "exilio cultural" en la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid.

Por orden de los Reyes Católicos, el cardenal Cisneros prendió fuego a estos volúmenes de la biblioteca de La Madraza escritos en árabe como un intento más de eliminar la memoria de los vencidos, un acto que desencadenó entonces la rebelión de los moriscos del Albaicín. A la quema de libros en Granada, siguió la de códices aztecas y mayas durante la conquista de América, según Granada Abierta, que también ha recordado la hoguera de los nazis en la Plaza de la Ópera de Berlín o los que el régimen franquista organizó en 1939 para celebrar su victoria sobre la II República.

La asociación también ha pedido al Ayuntamiento de Granada que instale una placa conmemorativa en la céntrica Plaza de Bib-Rambla para que los granadinos recuerden "este atentado bibliográfico", siguiendo el ejemplo de otras ciudades como Berlín, que ya recuerdan la destrucción de libros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios