Hace años que en diversas ciudades europeas surgió una iniciativa que abría al público los estudios de los artistas plásticos contemporáneos para contemplar in situ su obra. Esa iniciativa, que en Madrid se llamó Open Studio, ha llegado estos días a Granada.

Gracias a este proyecto puesto en marcha por la plataforma de promoción de arte contemporáneo Tessgallery, dirigida por Concha Hermano, todo aquel que esté interesado en el arte contemporáneo ha tenido la oportunidad de visitar los talleres-estudios de distintos artistas plásticos. También se ha podido visitar espacios artísticos y salas vinculadas al sector turístico donde se han realizado exposiciones.

Denominado aquí Art Experience, su objetivo es que el público pueda contemplar de cerca cómo es el proceso creativo de los diferentes creadores, cómo son los estudios donde trabajan y con qué materiales y técnicas crean sus obras. Es una forma de conocer el arte en su forma más técnica, alejado de la atmósfera solemne del museo. Pero también es una puerta que permite conocer a los creadores que conforman una parte primordial de la escena del arte contemporáneo español que se realiza en Granada, hecho que en pocas ocasiones sucede en una galería o museo.

Visitar el espacio de trabajo de un artista conforma una experiencia complementaria a la de la visualización de una pieza de arte. El estudio de un artista es donde las ideas se materializan. Y observar la materialización de las ideas es algo adicional que forma parte de la experiencia de ver una obra de arte terminada.

Aporta información que ayuda a entender mejor la obra. Por otro lado, el taller es también donde se guardan las creaciones, aquellas que han sido expuestas o que van a serlo, las que acaban de ser terminadas, las que están aún por terminar, las que no convencieron y las que se venderán. Por tanto, el visitante no solo puede ver el estudio sino que también disfruta de las obras de los artistas teniendo, incluso, la posibilidad de adquirirlas.

Concha Hermano, organizadora del proyecto, consultora, gestora cultural y curator independiente, comenta: “Hacía tiempo que teníamos la intención de crear un proyecto artístico y cultural en el que confluyera por una parte la participación de artistas con talleres en la ciudad y la provincia y por otra la adscripción de salas de arte junto con espacios de otros sectores y salas alternativas”.

El proyecto comenzó el pasado 28 de noviembre con una exposición de Marietta Arco en el Hotel Villa Oniria y el restaurante La Fábula titulada Memories en la que expuso una serie de bodegones minimalistas y un proyecto social vinculado al Mar Mediterráneo.

Al día siguiente el espacio de arte Menfis inauguró la primera exposición individual de la artista Toña Gómez, quien antes había participado en la exposición colectiva Rosas del sur, de la que formaron parte mujeres artistas andaluzas dedicadas al arte contemporáneo (2014) en la Fundación Caja Granada. Y a partir del 30 de noviembre los espacios de producción y creación de diferentes artistas abrieron sus puertas a los granadinos.

Junto a la máquina de vapor del Paseo de la Bomba y bajo cita previa hasta completar aforo Joaquín Peña-Toro, creador de la exposición Ruido blanco que tuvo lugar el pasado verano en el Centro José Guerrero, recibió a los interesados en visitar su taller-estudio. Ese mismo día, de 11 a 14 horas en el Realejo, en la Calle Molinos, Irene Sánchez Moreno y Antonio Montalvo abrieron las puertas de su estudio. Durante las mismas horas en el Espacio Lavadero, situado en la Calle Santa Catalina, Miguel Ángel Moreno Carretero y Érika Beyea, acogieron a todos los interesados en visitar este espacio.

Por último a las 17:30, Alejandro Gorafe organizó un encuentro en su taller-estudio situado en el barrio de la Chana. El punto de encuentro fue la Iglesia de Santa María Micaela.

El día 1 de diciembre terminó esta ‘experiencia artística’ con un encuentro con artistas en la Azucarera del Genil, en la Carretera de Málaga, aunque no será la última pues el proyecto promete continuar en la primavera de 2020.En la antigua Azucarera del Genil, situada en la carretera de Málaga, donde durante el año 1905 hasta 1946 se fabricaba azúcar, hoy se fabrica la mayor parte del arte contemporáneo en Granada.

En este enclave los artistas Paco Pomet, Andrés Monteagudo, Asunción Lozano y Pedro Osakar tienen situados sus talleres-estudios. Al encuentro con todos ellos también se unió Frederic Armspach, dibujante francés afincado en Granada, y el pintor acuarelista Antonio Mezcúa López, invitado por el anterior.

La iniciativa se suma a la Art Week que también trata de dar a conocer el trabajo creativo de los artistas plásticos. “Pensé que eran complementarias pero vi que Art experience tenía la suficiente entidad”, comenta Concha Hermano, promotora de ambas.