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No habrá otro como él

  • Recuerdos de Bogart redescubren al mito en su faceta como actor con su primer contrato con la Warner o como marido

Aunque luego desarrollase el atractivo propio de un rompecorazones de Hollywood, Bogart también fue rollizo de bebé. En un dibujo de su madre, cuando el actor tenía sólo pocos meses, se descubre esa y otra faceta que sí mantendría con los años, una mirada despierta y absolutamente cautivadora. Audrey Hepburn le cede el testigo a Bogart en la apertura del II Festival de Cine Clásico Retroback. Su nombre sonará muchas veces a partir de hoy.

Humphrey Bogart: el mito es una exposición que descubre secretos de uno de los actores más carismáticos de aquella época dorada del cine. Sean Ferrer, hijo de la actriz protagonista el pasado año, lo explicó muy bien ayer en la presentación: "Junto a mi madre, es el personaje que más significa y más nos acerca a esa época de sueños".

Joyas de la película más famosa del actor, objetos personales de la pareja Bogart-Lauren Bacall y un documental con imágenes inéditas muestran al mito y a la persona: al protagonista de Casablanca, Cayo Largo, La reina de África, Tener y no tener, La condesa descalza, El halcón maltés, El tesoro de tierra madre y La burla del diablo (todas ellas se podrán ver en el festival), pero también al hijo, al marido y al hombre que se ponía su batín con sus iniciales bordadas para descansar.

La Sala Zaida de la Caja Rural exhibe hasta el 14 de febrero auténticas curiosidades de Casablanca gracias a la amistad de Ferrer con la familia de Bogart y gracias también a una curiosa iniciativa del Festival de Cine Fantástico de Sitges, que aporta a la muestra un conjunto de ilustraciones con escenas de la película realizadas por Forges, Horacio Altuna, Antonio Peponio o Ernesto Melo.

Como un auténtico tesoro, una vitrina guarda la lámpara que en el Rick's Café alumbraba a Ingrid Bergman y Bogart junto al anillo de plata que el director de Casablanca, Michael Curtiz, le regaló al actor cuando fue consciente del éxito del filme. 'Compite' con recuerdos más familiares y sentimentales del actor: dos dibujos de su madre -uno de cuando era sólo un bebé y otro de adolescente-, una pitillera con sus iniciales, su pipa, un reloj de bolsillo que le regaló Bacall cuando se casaron y dos clips de pelo de la actriz.

El concejal de Cultura, Juan García Montero, destacó, junto a la "primera reproducción que existe de su rostro", los programas de mano que se repartieron de la película aquí en Granada así como el primer contrato que firmó Bogart con la Warner Bross para El bosque petrificado o un documento que le envió el presidente Truman. También está una figura que representa a la estatuilla del Halcón Maltés. Por supuesto, sus fotografías una vez famoso no faltan en la exposición.

A la presentación de la muestra acudió también el concejal de Cultura de Sitges, Gabriel Serrano, quien presentó el conjunto de 26 cuadros que varios artistas realizaron sobre Casablanca. Bajo el título 'Tócala otra vez Sam', los dibujos de Forges o Altuna, entre otros, ponen la nota de color a la exposición en una iniciativa que se le ocurrió al Festival Fantástico de Sitges. "Les propusimos a estos artistas, tras regalarles la película, que escogieran una escena e hicieran una ilustración". Altuna, por ejemplo, hizo unas viñetas en las que cambió en la despedida los papeles de Bogart y Bergman.

Si hay un lugar especial en la sala es un rincón que transporta al espectador a aquella Casablanca en la que todos querían ir al Café de Rick. Un piano, una mesa baja, una alfombra y cojines de estilo árabe que proceden del legado del pintor Max Moreu (1902-1992), un gran coleccionista y amante del arte del norte de África. Todas recrean la decoración del café marroquí que reunía por igual a gente de la Francia de Vichy, oficiales de la Alemania nazi, ladrones o asilados políticos.

El Rick's Café que se vio en la película nunca existió. De hecho, la película se rodó en Hollywood. Sin embargo, el éxito que tuvo la película 'obligó' a Marruecos a construir un Rick's Café para los turistas. Algo parecido hizo ayer Granada en el antiguo cine Aliatar donde confluirán hasta el final del festival todos los ingredientes necesarios para revivir aquel glamour hollywoodiense: jazz con el Sexteto Retroback, una banda formada especialmente para la ocasión que recupera el sonido de antaño con instrumentos y micrófonos antiguos y amplificadores de tubo.

Jazz y cine sumado a los smokings blancos que lucirán los músicos, cócteles con naranja exprimida y lamparitas individuales en cada mesa para renovar el sonido que escuchaban Bogart e Ingrid Bergman por esos años con la posibilidad, además, de ver cine al mismo tiempo en la pantalla que hay tras la barra. La inauguración de ayer da para un guión de cine de corte humorístico: el mismísimo alcalde, José Torres Hurtado, hizo las veces de Sam al piano, junto al actor Pepe Cantero.

Exposición con objetos personales, Rick's Café y, por supuesto, una alfombra roja que ayer se tendió en la Carrera de la Virgen para acoger algunos fotogramas de las películas de Bogart, aquel de quien John Huston -que le dirigió en Cayo Largo o El halcón maltés- dijo: "Tenía el mayor don que puede tener un hombre: talento... Es absolutamente irreemplazable. No habrá otro como él".

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