Enrique Morente en el Liceo de Barcelona luciendo una chaqueta con unos ojos alucinados a la espalda. Es un diseño de Aurora, su mujer. "A Picasso le gustaba el flamenco", dice en mitad de la actuación. "Claro, estaba loco", aclara a continuación con su inconfundible humor. Es uno de los fragmentos del musical Morente. El barbero de Picasso, del que ayer se proyectaron en un pase privado en el Palacio de los Condes de Gabia los últimos 15 minutos. La película, dirigida por Emilio Ruiz Barrachina, se estrena el próximo 8 de abril en más de cien salas comerciales, el mismo día en que murió el pintor malagueño. Pero antes, la Diputación de Granada, que ha aportado 50.000 euros al proyecto de montaje y producción, ofrecerá una premiere de la cinta el 4 de abril en el Parque de las Ciencias, cuatro días después de la presentación oficial en el Festival de Cine de Málaga.

Grabado con más de 60 pistas, el resultado es un documental demoledor, con un sonido que se confunde por momentos con los latidos del corazón. "No he incluido ni un solo plano posterior al fallecimiento de Enrique Morente, no es una necrológica aunque ha quedado como el legado personal y musical de su pensamiento, de como él preparaba las canciones", dijo ayer Emilio Ruiz Barrachina en un encuentro con los medios antes de la proyección junto a la diputada de Cultura, María Asunción Pérez Cotarelo. "No ha cambiado nada de cómo lo habíamos diseñado el año que estuvimos preparándolo juntos, aunque es verdad que algunas partes toman otra significación después de su muerte", añadió el cineasta.

La película se diseñó en la casa albaicinera del cantaor y consta de cuatro partes temáticas relacionadas con los cuatro elementos, algo que obsesionaba al artista por aquella época. La primera parte del musical ahonda en la tierra, que se identifica con la creación. "Aquí se se ve cómo preparaba las canciones, cómo las ensayaba y las instrucciones que daba a sus músicos, la genialidad y el gran conocimiento de la música que tenía", resaltó Barrachina. La segunda parte es el aire, Granada. "Él siempre volvía a su casa después de cada actuación para estar con su familia y en esta parte se ve su convivencia con los vecinos, nos enseña su casa, toca con toda su familia en El Bañuelo". La tercera parte es el agua, el comienzo de todo, la parte más ortodoxa grabada en Buitrago del Lozoya, de donde era el barbero de Picasso. El último capítulo del musical está relacionado con el fuego. Es la parte más creativa y se grabó en el Liceo de Barcelona. "La película rompe formalmente", destacó el director. "Yo le dije a Enrique: 'Haz lo que quieras que yo trataré de seguirte con las cámaras y armar esto visualmente de la mejor manera posible'. Se ha rodado con siete cámaras, con lo que todo es una genialidad y un atrevimiento", continuó el director. "Creo que la película tiene ese punto de improvisación que tiene el flamenco en directo y eso se aprecia".

Barrachina, que ha visto ya la película "más de 200 veces", destacó que Morente "era un generador de ideas". "Hubo un entendimiento fascinante entre los dos y se generó una amistad en la que hablábamos de todo menos de la cinta, aunque esas conversaciones acabaron revirtiendo en la película, donde se podrá ver a Enrique en estado puro". En total hay más de 30 horas rodadas. "Posiblemente hay material para hacer otras dos películas", concluyó Barrachina. Después llegaron los primeros aplausos tras la proyección.

l Entradas Las entradas para la presentación oficial de la película en Granada se pondrán a disposición del público los días 1 y 4 de abril en el Palacio de los Condes de Gabia.