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J. A. Bayona regresa a Granada: los detalles de su charla sobre el accidentado rodaje de 'La sociedad de la nieve'

Bayona junto a la alcaldesa de Granada y la productora Sandra Herminda.

Bayona junto a la alcaldesa de Granada y la productora Sandra Herminda. / Antonio L. Juárez/ Photographerssport (Granada)

Corría el año 1999 cuando un jovencísimo Juan Antonio Bayona (Barcelona, 1975) tras su paso por la ESCAC presentaba en el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada su primer cortometraje, Mis vacaciones, que ganó el premio del público. Ahora, un cuarto de siglo después y recién llegado de Los Ángeles, el director de cintas como El orfanato, Lo imposible, Un mounstro viene a verme o Jurassic World: el reino caído ha regresado al Teatro Isabel la Católica convertido ya en uno de los nombres con más peso del cine español actual. El responsable de La sociedad de la nieve, la película que ha representado a España en los últimos Premios Oscar y ganadora de doce Goyas, recordaba este martes aquella primera distinción de juventud con especial cariño porque los primeros galardones dan "mucho ánimo y energía".

Antonio Miguel Arenas, Bayona y Sandra Hermida. Antonio Miguel Arenas, Bayona y Sandra Hermida.

Antonio Miguel Arenas, Bayona y Sandra Hermida. / Antonio L. Juárez/ Photographerssport (Granada)

El coloquio

Antonio Miguel Castillo, director actual de la muestra cinematográfica dedicada a las nuevas promesas, ha sido el encargado de conducir el coloquio en el que participó el realizador de La sociedad de la nieve. Bayona, o J como lo llama Sandra Hermida, productora de la cinta que lo ha acompañado en casi toda su carrera y también en la charla, ha vuelto a Granada para analizar el éxito de su último trabajo en una cita en la que se ha hablado de las claves del rodaje en Sierra Nevada. Una estancia de cinco meses que se repartió entre tres set de rodaje: uno de ellos situado en la Laguna de las Yeguas, a casi 3.000 metros de altitud; otro en un gran plató en forma de nave industrial levantado en el Parking de Los Peñones y que hubo que evacuar en varias ocasiones debido a los fuertes vientos y un tercero en la vecina localidad de Güéjar Sierra con una réplica del avión.

Tras dos meses de ensayos en Barcelona, en enero de 2022 arrancaba un rodaje en el que los propios participantes vivieron su particular odisea. Obligados a convivir en una pequeña burbuja para minimizar el impacto del Covid, que arreciaba fuerte en aquella época y con el que al final terminaron batallando casi todos los miembros de la producción incluido el propio Bayona, se dividieron en dos equipos de rodaje capitaneados por el realizador catalán, que trabajaba prácticamente sin descanso los siete días de la semana. 

El director y la productora fueron desgranando anécdotas y aventuras de un rodaje de una historia que ha obsesionado después a espectadores de medio mundo, como le había ocurrido al propio Bayona diez años antes cuando el libro de Pablo Vierci cayó en sus manos cuando preparaba el rodaje de Lo imposible. Tanto el libro como la cinta cuentan la tragedia del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que en 1972 fue fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile pero se estrelló en un glaciar en el corazón de los Andes con 45 pasajeros a bordo. Solo 29 sobrevivieron al accidente. Atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, se vieron obligados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida. Únicamente 16 regresaron de ese lugar para contar la historia. 

Una tragedia real que Bayona ha querido tener siempre presente cuando escribió el guion de la película -junto a Bernat Vilaplana, Jaime Marques y Nicolás Casariego- así como durante el rodaje y también durante la intensa campaña de promoción. Por eso el primer pase antes de su estreno en la pasada edición del Festival de Cine de Venecia se realizó ante los supervivientes y las familias tanto de los que vivieron para contarlo como los que no.  

Los medios

A preguntas de los periodistas, Bayona ha explicado que su equipo planteó desde el principio la voluntad de rodar en España y eligió Sierra Nevada frente a la opción de los Pirineos por su ubicación, ya que ofrecía más horas de sol y la posibilidad de alargar más la jornada de trabajo. "Fue una experiencia muy dura, rodar en la montaña es muy complicado y rodar dependiendo siempre de las condiciones meteorológicas es difícil, pero también hicimos un buen equipo y disfrutamos mucho", ha apuntado el director.

Tras ocho meses de promoción y entrevistas por todo el mundo, Bayona se ha tomado la gala de los Oscar como el punto de arranque de unas vacaciones y ha adelantado que, pese a no tener aún definido su próximo proyecto, le gustaría volver a rodar en Granada.

Por ahora baraja la historia de otra cinta basada en un libro, el del periodista Chaves Nogales sobre la Guerra Civil española. Una película que tendrá guion del director madrileño Agustín Díaz Yanes, que por ahora se encuentra inmerso en otro rodaje según ha comentado Bayona.

"Contento" con el resultado de La sociedad de la nieve, el director catalán ha resaltado el regalo que representa una película con una recepción "extraordinaria" que se ha traducido además en nominaciones en los premios más importantes a nivel mundial, un bagaje positivo que le deja "en un lugar muy cómodo".

El cineasta ha reconocido que las plataformas de contenidos audiovisuales como Netflix, que ofrece el filme tras su pase en cines, son una "alternativa relativa" a la producción cinematográfica tradicional. "Permite acercar ese cine a todo el mundo de forma significativa": "Hemos empujado mucho la distribución en las salas, la he apoyado mucho personalmente, pero la distribución en Netflix en todo el mundo es apabullante".

Como consejo a futuros cineastas, Bayona ha recomendado escuchar. "Escuchar mucho a todo el mundo. Uno tiene que tener una visión, una idea de lo que quiere hacer. Una idea buena puede venir de cualquier lugar y de cualquier persona". 

La previa

La noche del lunes un total de 450 personas se dieron cita en el Cine Madrigal para poder disfrutar de La sociedad de la nieve en pantalla grande. Ni una hora duraron las invitaciones que distribuyó el Ayuntamiento para ver la película en el Madrigal. El pasado viernes a las 9:00 la Oficina de Turismo abrió sus puertas para que quien quisiese recogiese una de las entradas gratuitas que se habían puesto a disposición de la ciudadanía y para las 9:30 la propia Oficina tuvo que colgar el cartel de "no hay entradas".

La sociedad de la nieve llegaba con el respaldo de los doce premios conseguidos en la 38 edición de los Goya, incluidos el de mejor película y mejor dirección. 

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