arte

Bello poemario de estrofas diferentes

  • Carmen Sicre presenta en La Empírica una muestra llena de espléndidos poemas plásticos que dejan entrever presencias mediatas de una realidad bellamente construida

Muy buena exposición la que se presenta en el espacio de la calle Casillas de Prats auspiciada por el comprometido grupo de la Empírica. Carmen Sicre es una artista granadina de muy amplio recorrido, magníficas maneras plásticas y estéticas y claro sentido artístico sobre la creación nueva; sus obras poseen una entidad artística distinta, están poseídas de carácter, de abierta dimensión y de preclara sabiduría; además se les nota que están construidas con convencimiento y con una solvencia creativa que no ofrece dudas. Sin embargo, a pesar de tan espléndidas consideraciones, constatables absolutamente, no ha tenido la suerte que debiera ni creemos que ha ocupado el segmento artístico que su trabajo merece. Otra vez las debilidades e incongruencias del Arte se hacen presentes y no han hecho demasiada justicia con una artista que merece una infinita mayor proyección.

Carmen Sicre nos presenta, en esta exposición, un bello canto artístico. Sus obras son espléndidos poemas plásticos, contundentes gestos matéricos que encierran supremas metáforas y que dejan entrever presencias mediatas de una realidad bellamente construida. Para esta ocasión ha elegido el libro del Eclesiastés para realizar un relato plástico, lleno de lirismo, sobre el sentido de la vida, el proceso existencial, la dualidad entre el ser y el no ser, el devenir de la existencia y hasta del entorno que le ha tocado vivir. Para ello, organiza un entramado constructivo que busca la perfección total.

Con un cuidado sentido de la materia plástica la autora organiza un tiempo en continuo proceso en el que a la fortaleza de la idea generadora se une la contundencia de la forma que suscribe un postulado material lleno de poderío estructural y potencia visual.

Carmen Sicre se nos ofrece como una sutil tejedora de almas, con cada uno de sus trabajos compone bellos estamentos de calidades plásticas distintas, conformadas con minuciosos elementos que llegan a estructurar un bello poemario de estrofas diferentes. Con todo tipo de mínimas circunstancias constitutivas - perlas, imperdibles, tules, - llega a formatizar una totalidad máxima; un conjunto de sabios perfiles compositivos que abren los horizontes de unos conceptos para dictar íntimas sensaciones. En las obras de esta autora encontramos el verdadero sentido de la plástica conceptual; una idea, un deseo, una reflexión, el texto bíblico en este caso, ese tiempo que hace y deshace, que acumula fórmulas creativas, que orienta y potencia, que alienta y genera; es el germen impulsor para un acto procesual que incita a la dinámica creativa. Con ese impulso vital, la artista acomete una realidad plástica de imprevistos resultados pero conscientes planteamientos actuantes.

Tiempo y sazón está planteado como una realidad en proceso, como algo inconcluso que pretende seguir reflexionando sobre caga gesto, sobre cada impulso emocional, sobre cualquier sentido des esta vida en constante discurrir.

Nos hemos encontrado con una espléndida exposición que sienta las bases del mejor arte conceptual ese que abre horizontes y exige miradas claras y positivas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios