Canciones para despertar

Con la intención de explorar nuevos territorios y conscientes del mundo tan complicado que les toca vivir, Niños Mutantes dejan a un lado cualquier corsé y vuelcan sólo sentimientos en 'Las noches de insomnio' l 'Las noches de insomnio' estará disponible a partir de mañana en las principales tiendas de discos del país.

La Alpujarra se convirtió en cuartel general para la grabación de 'Las noches de insomnio'.
La Alpujarra se convirtió en cuartel general para la grabación de 'Las noches de insomnio'.
Blanca Durán / Granada

21 de marzo 2010 - 05:00

Han salido de la "burbuja de una juventud demasiado prolongada" y se han topado de bruces con un mundo real que no siempre es tan complaciente como muchos nos lo pintan. Pero aunque las vidas se complican y las responsabilidades pesan cada vez más, la música sigue siendo el único sitio donde Niños Mutantes se encuentran de lleno con sí mismos. Las noches de insomnio (Ernie Producciones, 2010), el disco que la banda granadina lanza mañana en todo el país, es el pulso que los Mutantes le echan a ese nuevo mundo recién descubierto. Y en él, nada de perfecciones obsesivas ni sonidos fríos; sólo sentimientos.

"Necesitábamos ser más salvajes en nuestra forma de tocar. De hecho, hemos dejado sitio a cosas que podían tener alguna imperfección pero que nos gustaban porque las sentíamos auténticas. Las noches de insomnio tiene mucho que ver con nuestro primer disco porque nos hemos preocupado mucho para que cada uno, cuando estuviera tocando, interpretase al detalle cada canción. Nuestra obsesión era que todo el mundo dijera con su instrumento lo mismo que estaba diciendo la letra. Si la canción era oscura y dramática todos teníamos que estar tocando de esa forma, pero si la canción era más abierta y luminosa teníamos que cambiar por completo las actitudes", explica Juan Alberto Martínez, la voz de Niños Mutantes.

Catorce nuevos temas dan forma a Las noches de insomnio y, en ellos, hay lugar para propuestas que hace años ninguno de los miembros de la banda se habría atrevido ni a imaginar, tanto que no dudan en afirmar rotundos que se trata del trabajo "más variado y más intenso" de todos los que han firmado en su ya larga carrera.

"Niños Mutantes siempre se ha considerado como un grupo de pop de guitarras, pero creo que tenemos otras facetas que también son ya señas claras de identidad y que en este disco quedan muy bien reflejadas", apunta Martínez. Tanto es así que por los nuevos cortes transitan desde melodías tan adictivamente bailables como la que abre el álbum (Quiéreme como soy) hasta composiciones psicodélicas experimentales como Los segundos o La costilla, y no faltan tampoco los ritmos de aires fronterizos y surferos con los que ya han coqueteado en otras ocasiones ni incluso una nana, Mi niño no quiere dormir, fruto de la recién estrenada paternidad del líder de Niños Mutantes.

"Es indiscutible que este disco tiene mucho que ver con las paternidades... No se trata sólo de decir lo lindo que es tu hijo ni todo lo mucho que lo quieres. Al releer las letras me he dado cuenta de que en ocasiones se trataba más bien de hablarle de tú a tú a mi hijo y de contarle cómo es la vida, lo difíciles y complicadas que son algunas cosas y advertirle del mundo que se va a encontrar. Musicalmente es un disco muy luminoso, pero los textos son muy realistas, algunos incluso abiertamente oscuros. Nosotros hablamos de lo complicadas que son las relaciones, el día a día, el trabajo... y sabemos que nuestras canciones dejan un poso agridulce en quien las escucha", confiesa Martínez.

Para la grabación de Las noches de insomnio, la banda volvió a repetir experiencia en el estudio que Producciones Peligrosas tiene en La Alpujarra. Diez días seguidos con "sensaciones muy especiales" y en los que aprendieron mucho, compartieron todo y se dieron cuenta de que la conexión entre ellos es ya algo inevitable.

"Este disco ha conseguido captar mucho mejor que ningún otro lo que realmente somos. Los procesos de grabación suelen ser complicados y a veces terminan desnaturalizando las canciones, así que un mes antes de entrar al estudio decidimos hacer algo que nunca antes habíamos hecho: nada de ensayos. Fue un poco de locos, pero es que a veces los discos se quedan fríos y pierden el nervio y la frescura que se da en los primeros ensayos. Buscábamos el feeling, no la mecanización. Además, estábamos tan poco cansados de las canciones que también nos atrevimos a jugar más con ellas y a improvisar en el estudio a partir de la idea básica que surgió en el local", cuenta. Es el caso de Quiéreme como soy y Los segundos, en las que apenas dos frases se convierten en el argumento en torno al cual crear dos atmósferas completamente diferentes, o de Mi niño no quiere dormir, que prácticamente la primera grabación es la que se puede escuchar en el álbum.

Y como estas experiencias no están a la mano de cualquiera, la banda ha querido ser ella misma la que tome por completo las riendas de la grabación. José Antonio Sánchez (Matilda) y Carlos Díaz (Eskorzo), posiblemente las dos personas que saben sacarle lo mejor al sonido de Niños Mutantes, se pusieron a los mandos de la mesa de grabación como "dos más de la gran familia" que forman ya desde hace años Juan Alberto Martínez, Nani Castañeda (batería), Migue Haro (bajo), Andrés López (guitarras), Josiño Carballo (manager) y Ángel Gavira (road manager).

Precisamente, Carballo debuta con Las noches de insomnio como productor de la banda, que ya ha puesto fin a su larga vida junto a Astros Discos, aunque mantiene su relación con la editorial de EMI. "Después de trabajar muchos años con gente distinta en muchas facetas te das cuenta de que lo que más vale es tener cerca a la gente buena y a la que te unen lazos afectivos. Hemos trabajado con los mejores de la escena independiente: Fino Oyonarte, Paco Loco... y estamos muy contentos de los resultados que tuvimos, pero hay añadidos. Josiño (Carballo) empezó siendo fan del grupo, nos conquistó por el estómago y ha terminado siendo una pieza fundamental de todo esto".

Las noches de insomnio es el séptimo trabajo de larga duración de Niños Mutantes que ve la luz. Mucho ha llovido ya desde Mano, Parque, Paseo con el que debutaron en 1998 y, en medio de todo, varios EP's y numerosas versiones con las que hacer pequeños guiños a quienes consideran sus grandes referentes. Pero pese a todo, hay cosas que no cambian, y el miedo al 'papel en blanco' o a la letra sin ritmo no cambia y sigue estando presente.

"Cuando empezamos a pensar en este disco teníamos un poco de bloqueo. El proceso siempre es difícil al principio, pero esta vez nos estaba costando más porque teníamos la impresión de que habíamos tocado techo con Todo es el momento. Pero siempre hay ganas de superarse y, aunque al principio no sabíamos exactamente por dónde queríamos tirar, la máquina de hacer canciones se fue calentando y nosotros nos fuimos engrasando con ella tanto que al final nos ha salido el disco más largo de nuestra carrera", afirma.

Las noches de insomnio es, a diferencia de su anterior Todo es el momento, un trabajo menos inmediato y que requiere más escuchas para disfrutarlo en profundidad. Y a partir de ahí caben ya lecturas de todos los gustos y es justo cuando canciones como Nada es perfecto, Mi mala memoria, Días complicados, Mar y cielo, Las chicas en bikini y, por supuesto, Errante (Canción Mutante) se empiezan a escuchar con la certeza de que pasarán a formar parte de las 'indiscutibles' de la banda.

Niños Mutantes Ernie Producciones. 2010

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