El Canijo de Jerez presenta disco esta noche en la sala el Tren Little Cobras y The Picoletones llenan de surf y garage la Boogaclub

música por Enrique Novi

El Canijo de Jerez vuelve esta noche a Granada.
El Canijo de Jerez vuelve esta noche a Granada.

28 de febrero 2014 - 05:00

Su capacidad de convocatoria, una vez disuelta esa asociación de 'garrapateros' llamada Los Delinqüentes, ya quedó demostrada durante la pasada edición del Zaidín Rock, en cuyo cartel El Canijo de Jerez ocupó un puesto de privilegio para poner a más de diez mil personas a gastar suela. Es de suponer por obvias razones de aforo que esta noche en la sala El Tren la cosa será un poco más íntima, pero no demasiado dada la cohorte de fans que arrastra el cantante jerezano y el infeccioso bacilón que transmite su música. Ha pasado quince años con Los Delinqüentes, con los que publicó siete discos, ha experimentado con G-5 junto a Kiko Veneno, Ratón, Tomasito y Muchachito Bombo Infierno, y con La Pandilla Voladora en la que coincidieron junto a él, los dos últimos nombres de G-5 además de Lichis, de la Cabra Mecánica y Albert Plá; ha compuesto bandas sonoras y ha participado en infinidad de colaboraciones. Por fin en 2012 decidió emprender una carrera en solitario con la publicación en el sello El Volcán del álbum El Nuevo Despertar de la Farándula Cósmica. Y aunque como queda dicho ya tuvimos oportunidad de escuchar en directo algunos de sus temas cuando nos visitó a finales del verano en el Festival del Zaidín, es ahora cuando por fin su gira de presentación hace parada en Granada, en la sala El Tren a partir de las nueve de la noche, donde actuará con Viento de Levante, que también presentan su disco Silvestre. El Canijo lo grabó en Tarifa y contiene melodías cálidas como el clima de Cádiz, pero también guasonas y rebeldes, como un Échate un Cantecito con luz jerezana y arena de la que levanta el viento de Tarifa, según dice su hoja promocional. Y la verdad es que es un disco rumbero y guasón, de inspiración callejera que funciona con igual eficacia el sábado por la noche que el domingo por la mañana. Pasodobles, bullicio, rumbas venenosas o campestres, rock andaluz, funk, reggae, historias de pistoleros que visitan burdeles, hombres de mala sangre, swing, tanguillos y hasta un recuerdo para su compadre Ratón, de modo que se haya escuchado o no, a sus seguidores de siempre les bastará para tener el mejor plan para un viernes por la noche.

Una nueva entrega del Great Googa Mooga!! llega a BoogaClub esta noche. A partir de las once el club itinerante dedicado a los sonidos del underground troglodita ofrece un nuevo capítulo de alocados bailes, twist frenético, sudoroso rhythm'n'blues, hully gully dance, salvaje mambo y cha-cha-cha, explosivo rock'n'roll, limbo, exóticos instrumentales, rítmico Garage y otras extravagancias. Para amenizar la fiesta cuentan con dos bandas de contrastada crudeza y convencida militancia en la serie b. Por un lado, desde el Puerto de Santa María (Cádiz), The Little Cobras, uno de los más rabiosos grupos de auténtico rock and roll silvestre. Sucios, salvajes y afilados, dicen haber resuelto la ecuación entre rock and roll, garage y punk y, sobre todo, ser depositarios de un directo incendiario y frenético. Entre sus referencias mencionan a Stooges, Oblivians, MC5, Reigning Sound o Jon Spencer Blues Explosion, nada menos. A ellos se suman los sevillanos The Picoletones, unos gamberros que afirman practicar ¡surf benemérito! y que son la última sensación del frat-surf de vocación fiestera. Como si hubieran salido de la parte trasera de una típica casa del Medio Oeste norteamericano, dicen mirarse en actitud y en sonido a The Mummies o a los primeros Untamed Youth. En cualquier caso inundarán de eco, reverberación eléctrica y rock and roll bajo la luz de la luna la sala BoogaClub convertida en una barbacoa en la que siempre está a punto de aparecer alguien con una sierra eléctrica dispuesto a sembrar el pánico.

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