Capitán Cobarde se reinventa con nuevo disco

El artista antes conocido como Albertucho se presenta en sociedad esta noche en Planta Baja.

Capitán Cobarde, esta noche en el Planta.
Capitán Cobarde, esta noche en el Planta.
Enrique Novi / Granada

23 de octubre 2015 - 05:00

Aunque los expertos en mercadotecnia de su nueva compañía, la todopoderosa Warner, han decidido romper con su pasado aplicando la política que ha puesto de moda el Partido Popular con la corrupción, es decir, la de no mencionar aquello que no quieren que exista, Alberto Romero, al artista antes conocido como Albertucho, se reinventa adoptando definitivamente el alias que usó a modo de transición entre su cuarto y su quinto disco. Sí, Capitán Cobarde, según la hoja de promoción de su sello, debuta con un álbum homónimo y su carrera anterior parece haber desaparecido, como una silueta alejándose entre la bruma.

Con este disco Capitán Cobarde reivindica sus referentes más marcadamente folk, nombres como los de The Pogues, The Waterboys, Billy Bragg o The Clash, en un giro en el que ha sustituido el Misisipi por el Támesis, para alinearse con lo que ha llamado new folk. También reclama para sí la esencia del rock urbano y menciona influencias con menos populares pero exquisitamente escogidas: Hackenshaw Boys, The Felice Brothers o The Lumineers. En lo que más se nota el cambio de sello es en la banda que lo ha arropado para la grabación del disco. Gente como Lichis, Carlos Tarque, La Maravillosa Orquesta Del Alcohol o músicos con experiencia junto a Miguel Ríos, Quique González o Christina Rosenvinge. Palabras mayores.

Con ellos factura trece canciones de alta graduación emocional, dardos de hondo calado al corazón que culmina con una versión del I've Just Seen a Face de los Beatles. En el fondo hay cosas que no se pueden ocultar. Y por eso ahí sigue ese deje andaluz por más vestido que vaya de folk, de country y de blues de la ribera del Misisipi, que era el río en el que pensaba cuando miraba al Guadalquivir; ahí está el banjo, el ukelele, la armónica diatónica, el acordeón omnipresente del tex-mex, el dobro o el pedal steel guitar que en sus manos suenan como si hubieran sido concebidas para acompañar sus composiciones; y ahí sigue ese chaval que con dieciocho años, mientras trabajaba montando escenarios donde se lucían otras grandes estrellas, fue sorprendido por unos productores tocando la guitarra en un descanso.

Esta noche para en Planta Baja como parte de la gira de presentación de su primer disco, una gira que empezó en Madrid hace más de un mes y que lo mantendrá en la carretera hasta diciembre.

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