Cariclo, un centauro del Sistema Solar con dos anillos
El hallazgo, en el que participan investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, ha sido posible gracias a una ocultación estelar
Hasta ahora parecía que los sistemas de anillos eran un rasgo exclusivo de los planetas gigantes, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Sin embargo, un pequeño objeto de apenas doscientos cincuenta kilómetros de diámetro acaba de ingresar en ese reducido grupo: una ocultación estelar ha mostrado que (10199) Chariklo (Cariclo en castellano), un planeta menor situado entre Saturno y Urano, presenta dos densos anillos, posiblemente formados por hielo de agua. El hallazgo, que se publica en la revista Nature, implica que los anillos pueden ser estructuras más comunes de lo que se pensaba.
El descubrimiento fue posible gracias a la observación, desde ocho enclaves distintos, del paso de Cariclo por delante de una estrella -una ocultación-, que en este caso produjo resultados inesperados. Además de los eventos típicos, correspondientes al comienzo y final de la ocultación, los astrónomos hallaron otros dos eventos breves difíciles de explicar.
"Estábamos muy sesgados por la idea de que los eventos breves de ocultación se debieran a material que Cariclo pudiera expulsar en chorros, como lo hacen los cometas, ya que este objeto tiene algunas propiedades y hasta la órbita parecida a las de los cometas", apunta José Luis Ortiz, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía que participa en el hallazgo. "Tras dar muchas vueltas a los datos me di cuenta de que estábamos detectando material que se distribuía en una elipse alrededor de Cariclo, formando un anillo como el de Saturno. En ese momento todo empezó a aclararse y no solo encajaron todas las piezas del puzle, sino que pudimos explicar otros fenómenos extraños que se habían observado años antes", continúa el astrónomo.Cariclo es el mayor de una población de objetos conocidos como centauros, que se distribuyen en una extensa región entre Júpiter y Neptuno y que comparten características tanto con los cometas como con los asteroides. Entre 1997 y 2008 Cariclo mostró un, hasta ahora, inexplicable descenso de brillo, acompañado de la desaparición de la señal que indica la presencia de hielo.
"Creemos que el hielo de agua no se encuentra en la superficie de Cariclo, sino en su sistema de anillos. Y cuando no se detectó el hielo fue precisamente en un momento en el que los anillos se hallaban de canto, de forma que apenas se veían porque son muy finos", detalla René Duffard, investigador del IAA-CSIC que participa en el hallazgo. "Sabemos que los anillos de Saturno están formados por hielo de agua en un gran porcentaje, así que los de Cariclo serían una versión pequeña de los anillos de Saturno", concluye.
Los anillos, separados por una zona estrecha y oscura, muestran una anchura de siete y cinco kilómetros respectivamente y presentan una masa total equivalente a un cuerpo helado de cuatro kilómetros de diámetro. Su posición indica que o bien se trata de un sistema formado recientemente o bien que existe un cuerpo, lo que suele conocerse como "satélite pastor", que contribuye a que los anillos permanezcan confinados pero que aún no se ha detectado. El hallazgo ha sido posible gracias a una red de telescopios distribuida entre Chile, Brasil, Argentina y Uruguay, algunos de los que fueron utilizados en remoto desde Granada por el observador del grupo de investigación del IAA-CSIC Nicolás Morales.
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