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Carlos León abre el curso en el Guerrero

  • El artista ceutí protagoniza una individual en el espacio de la calle Oficios con la que homenajea el magisterio y la amistad que le unió al pintor granadino

Carlos León, uno de esos artistas que en los años setenta se interesó por los nuevos caminos de la abstracción pictórica y fue alcanzado de lleno por el llamado 'efecto Guerrero', protagonizará la muestra que abre el curso en el centro de la Diputación de Granada en la Calle Oficios. La exposición, que lleva por título Pasajes y podrá verse desde hoy a las 20:00 horas hasta el próximo 30 de diciembre, es un homenaje que el pintor tributa a su amigo y maestro José Guerrero.

Son varios los aspectos -biográficos, plásticos, de actitud y poética- en los que coinciden León (Ceuta, 1948) y Guerrero (Granada, 1914) a lo largo de sus respectivas trayectorias. "Los dos compartimos nuestro paso por París en la juventud, haber vivido en Nueva York y haber estado casados con una periodista norteamericana", bromeó ayer León durante la rueda de prensa de presentación de la muestra.

La diputada provincial de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, recordó ayer durante la presentación la génesis del proyecto que se remonta a la exposición José Guerrero. Del relámpago el fulgor en el Museo del Patio Herreriano de Valladolid. "Entre el público tuvimos la fortuna de encontrarnos con Carlos León, que también fue invitado a disertar sobre el pintor granadino dentro del ciclo de conferencias 40 pinturas en busca de voz y que ya había participado en 2006 en la colectiva El efecto Guerrero.

El director del Centro José Guerrero y comisario de la exposición, Paco Baena, indicó que la muestra es "una celebración de la pintura". "No podemos olvidar que Guerrero era pintor y estamos pendientes de los artistas que siguen empeñados en la pintura, y si además hay una sintonía poética y plástica con el universo Guerrero más nos interesa, y este es el caso de Carlos León, uno de los grandes artistas vivos del arte español, que tiene una de las propuestas pictóricas más vitalistas y potentes que se puede ver ahora en todo el mundo".

El propio artista confesó que es la muestra más emotiva de su trayectoria. "Esta exposición es, de todas las que he hecho en mi vida, la que más ilusión me hace y me produce más placer porque es un homenaje a Guerrero, que era un hombre fundamentalmente elegante, porque sabía elegir bien, incluso en el vestir, un hombre moderno y cosmopolita, que parecía estar siempre llegando de la Costa Azul y que resultaba muy refrescante".

León explicó que el título de la muestra, Pasajes, alude a "esas calles cubiertas que hay en ciertas ciudades, que están al resguardo del viento y del agua, y donde se propicia el encuentro, la conversación y el intercambio de ideas". "Yo siempre que estaba con Guerrero me sentía como en un pasaje, estábamos al resguardo de todo, hablando principalmente de arte, de pintura y un poco de chicas", recordó el pintor.

Respecto al magisterio de José Guerrero, el artista reconoció que "su enseñanza" no atañe su pintura, "que es formalmente muy distinta a la suya", sino "a la actitud hacia la vida, a un sentido enorme de la libertad y de la independencia", porque ninguno de los dos ha querido pertenecer a "capillas". También apuntó el cosmopolitismo compartido desde unos principios humildes. "Los dos somos provincianos, de orígenes modestos, pero bastante viajados, y compartimos algunas coincidencias curiosas. Incluso nuestro paso por el psicoanálisis y nuestro gusto por Matisse y su empleo del negro como un color más, connotado con el lujo del traje negro de noche y el erotismo de la lencería y de los burdeles".

Baena recordó que la obra de Carlos León, realizada una generación después que la de Guerrero, ha tenido también en el expresionismo abstracto un referente fundamental, ampliado con las revisiones y herencias que de él se han venido produciendo. Su ambición e intensidad le hicieron revivificar algunos elementos originarios, como la "gestualidad automatista", la implicación en el cuadro de todo el cuerpo a la manera de los "action painters", la amplitud de los planos de Rothko o Newman, con un ímpetu y una apertura que lo han conducido a regiones inexploradas.

Aunque en los primeros años ochenta la obra de Carlos León tuvo cierta presencia en Andalucía, sobre todo en la parte occidental, desde mediados de esa década no se había celebrado ninguna individual en la comunidad andaluza.

Tras la muestra del pintor ceutí, el Centro José Guerrero tiene previsto inaugurar 2019 con la muestra Viñetas desbordadas, con Max Capdevila, Sergio García y Ana Merino. Le seguirá una muestra coproducida con la Fundación Juan March sobre la pintura de Guerrero de 1966 a 1969.

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