Carlos Sadness presenta su nuevo disco en Polaroid

Carlos Sadness es la representación del artista del nuevo siglo, el artista global, nativo digital, para el que las fronteras físicas, las fronteras imaginarias, las comerciales, las que inventamos entre estilos, disciplinas y mercados, todas ellas son simplemente fronteras mentales. Y su trayectoria no es sino la historia de un artista que las rompe en la búsqueda de su propia identidad.

Así, Carlos Sadness, que comenzó su carrera como el rapper Shinoflow, es un músico, compositor, cantante e ilustrador incapaz de dejarse encasillar con una sola definición. Inclasificable, surreal, sensible y desprejuiciado, Sadness presenta esta noche su último invento en Polaroid Club. Se trata de un ep de solo tres temas, Monteperdido, que grabó hace pocos meses durante una semana de retiro en el Pirineo aragonés. Corrían los primeros días de noviembre cuando Sadness emprendió una ruta en compañía de dos músicos, un cámara y una fotógrafa. Como resultado de la experiencia se rueda un documental dirigido por Álvaro Sanz que ha venido estrenándose en tres partes durante las últimas semanas, y coincidiendo con la última de ellas ha publicado el disco que viene a ser la banda sonora del experimento. Y es que ninguno de los movimientos de Carlos Sadness es previsible. Nacido en Barcelona durante la segunda mitad de los ochenta, sus pasos nunca han descrito una línea recta. Ha alcanzado la popularidad usando inteligentemente y con absoluta naturalidad las redes sociales, y con esa misma naturalidad en su música se funde el intimismo del folk y el descaro del rap para conformar una de las propuestas más genuinamente indie de la escena nacional. Y en ese periplo alérgico a los apriorismos ha protagonizado todo tipo de colaboraciones, desde su participación en discos homenaje a Antonio Vega o a Héroes del Silencio, a bandas sonoras de películas (Fuga de Cerebros) o series (Los Hombres de Paco). Incluso ha compartido escenario con grandes del panorama internacional como Katy Perry o Jamie Cullum, con el que compartió protagonismo en uno de los más populares spot de 2012.