Él mide las palabras y me tiende la mano es el título de un libro y a la vez un verso. Luis García Montero insertó estas palabras en el poema El poder envejece, que puede leerse en una de sus obras más famosas: Habitaciones separadas, publicada en 1994. Como título, ha sido elegido por la escritora Carmen Canet para su última obra: un homenaje como lectora en el que extracta los mejores aforismos que el poeta granadino ha publicado a lo largo de toda su obra literaria.

La crítica literaria y aforista, amiga personal del poeta y profunda conocedora de su obra, cuenta que ha tenido que releer toda la bibliografía de García Montero para entresacar los casi 900 aforismos que contiene el volumen. Publicado en la editorial Valparaíso, esta tarde se presenta en Granada, en la librería Babel, en un acto que contará con la presencia del propio García Montero.

Para la autora dice del Catedrático de Literatura de la UGR que se trata de "un poeta necesario, porque sus libros son un espacio de conocimiento, de búsqueda": "En ellos se nos muestra como un escritor reflexivo de palabra contenida, intimista y comprometida, que con un lenguaje medido nos toca y da en la diana".

"En estas citas aforísticas, Luis nos dice verdades a través de su intimidad y su experiencia. En Él mide las palabras y me tiende la mano nos entrega con generosidad versos y frases que nos alumbran, porque a él nada le es ajeno y nos ofrece una escritura que quiere salvarnos de los espejismos", destaca Canet sobre los motivos que le han llevado a emprender esta obra, que define como "una conversación entre escritor y lector".

En este sentido, el mismo título del prólogo, titulado Luis García Montero: un diálogo literario, es una declaración de intenciones. "Los lectores estamos acostumbrados a subrayar versos, párrafos breves, a copiar las citas que nos gusta... Me surgió la idea repasando mis cuadernos", explica la autora.

"Como su literatura es tan cercana, me tomé la licencia de recoger los versos de sus once poemarios y las frases de sus tres novelas", comenta Canet, que literalmente ha seguido ese criterio para disponer, en orden cronológico de publicación, los aforismos de su obra.

Pero el inventario no se ha llevado a cabo en función de las preferencias personales de una lectora sino con el saber hacer de una experta en aforismos, como crítica literaria y como autora: "He hecho una recopilación de las frases que me parecía que tenían la instantaneidad, la concisión, la lucidez y el lirismo de los buenos aforismos".

Siguiendo la premisa de seleccionar sólo aquellos fragmentos que respiraran la esencia de ese "género mínimo que es el aforismo", ha querido mostrar su conversión con García Montero, al que conoce los años 70 cuando eran compañeros de Facultad. "Como dice Emilio Lledó, el texto está en el lector, porque sin este lo escrito no saldría del silencio. No hay escritor sin lector y se puede ser lector y elector", sentencia Canet.