Carmen Sigler (Huelva, 1960) propone imágenes femeninas que actúan como una pantalla para la proyección de la inquietudes propias de una mujer, sus dudas y dilemas interiores. "En estas representaciones, se lee en el libro Hombres y mujeres en Andalucía: imágenes desde el arte contemporáneo, la mujer no es objeto sino sujeto, no es forma ni estética sino contenido y psicología".

Uno lo observará en cuanto visite su primera retrospectiva, El sonido de mis pasos, que hoy se ha inaugurado en el Palacio de los Condes de Gabia. La exposición, un zapatazo contra el patriarcado, condensa más de dos décadas de creación bajo una mirada crítica y feminista. Sigler hace hincapié sobre todo en la imagen de la mujer en el imaginario cultural occidental, y aborda este tema desde la autobiografía y el análisis de los estereotipos sobre los géneros.

La creadora también se aproxima al misterio del proceso creativo en un contexto ambivalente de precariedad laboral y mercantilización del trabajo artístico. Y en último término, reflexiona sobre el fluir del tiempo y los procesos psíquicos de las distintas etapas de la vida.

Una de las obras expuestas de Sigler en Condes de Gabia.

"Sigler trabaja con la imagen: la fotografía, el cine y el vídeo, desde una explícita postura feminista que está en el origen de su práctica artística y que impregna toda su obra, y las imágenes de esta exposición están llenas de poesía y muestran al espectador su reflexión sobre el ser mujer en nuestra sociedad", ha destacado la diputada provincial de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, durante la presentación esta mañana.

La artista ha asegurado que "todas la piezas tienen a la mujer como protagonista y en ellas se revisa el papel social de la madre, a través del flamenco, y el papel social de la artista y tienen como referente histórico a las mujeres feministas norteamericanas de los años 70 que fueron las primeras en deconstruir los estereotipos de género usando el vídeo como herramienta".

Destacan trabajos como Mamá fuente (2006), un vídeo de cuatro minutos que muestra a una mujer de la que brotan varios chorros de agua y que simbolizan las virtudes que la madre debe poseer en la tradición judeocristiana: bondad, paciencia, sumisión, ternura y comprensión. Partiendo de la mítica escena de la actriz Anna Magnani en Roma, cittá aperta de Roberto Rosellini, la pieza I want to live (2016) recrea "el coste que supone el camino hacia la auténtica liberación de las mujeres".

Fotogramas del vídeo 'Mama fuerte'.

A modo de epílogo, la nueva pieza nueva producida expresamente para la sala alta de Condes de Gabia, denominada En la piel de la barberie (2018), toma como referencia el cuadro de Rubens El rapto de Hipodamia y se ha realizado a partir de la experiencia de un taller con alumnos del IES Alonso Cano de Dúrcal, que ofrecen "una lectura actualizada de la iconografía artística de la violencia contra la mujer".

La exposición, comisariada por Susana Blas, está concebida también como un lugar de encuentro entre las personas, donde las mujeres y otros colectivos puedan compartir testimonios y debatir los temas propuestos desde sus propias experiencias. Para ello se ha preparado un breve cuestionario donde los visitantes dejarán sus opiniones en una urna de metacrilato usada para las votaciones.

El sonido de mis pasos se podrá ver hasta el 31 de marzo, de lunes a sábado, de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00; domingos y festivos, de 11:00 a 14:00. Entrada libre.

La autora de la retrospectiva posa junto a la diputada provincial de Cultura, Fátima Gómez.