Culto, ortodoxo, vanguardista, genio, con un tremendo sentido del humor, ingenioso, crítico feroz, lector voraz. Ayala era tan inteligente que a veces daba miedo. Lo demostró en el El jardín de las delicias, una de las obras maestras del escritor cuya catalogación es imposible, al igual que ocurre con el panel central del tríptico homónimo del Bosco. El libro aborda -a veces desde el humor más descarnado- la dicotomía entre el amor y el dolor, la ternura y la crueldad, la vida y la muerte. La catedrática de Literatura Española Carolyn Richmond, viuda del autor granadino, trata de desentrañar cada uno de los detalles de esa "arca de palabras" en el ensayo Días felices. Aproximaciones a El jardín de las delicias (Fundación José Manuel Lara, 2018), que hoy presentará a las 20:00 en la sede de la Fundación Ayala.
Carolyn Richmond habla sobre su ensayo 'Días felices' en la Fundación Ayala
-
La catedrática de Literatura Española ha ganado el Premio Alvar de Estudios Humanísticos por este libro
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios