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Casa Museo Ganivet, la calle más libre de la ciudad

  • El Niño de las Pinturas, Drew y Sandra participan en las muestra 'El color de la calle II. El arte se mueve' con 20 lienzos creados expresamente para la ocasión

La Casa Molino Ángel Ganivet, un antiguo molino árabe donde vivió el escritor y diplomático granadino parte de su infancia, se ha transformado temporalmente en una calle más de la capital granadina. Una vía libre, abierta a los creadores, donde no interviene la autoridad y el color ocupa las paredes sin peligro de sanción. El trabajo de 20 escritores del graffiti afincados en Granada, entre ellos los conocidos Sendra, Drew o El Niño de las Pinturas, y el apoyo de la Delegación de Cultura de la Diputación de Granada lo han hecho posible. Los jóvenes artistas exponen hasta el 27 de marzo una muestra de los trabajos realizados al aire libre durante el mes de febrero en diversas plazas de la ciudad (Plaza Nueva, Bib-Rambla, el Paseo de los Tristes o la Plaza de las Pasiegas) y que congregó a multitud de jóvenes, artistas y paseantes.

La muestra, titulada El color de la calle II. El arte se mueve, ocupa la sala principal de la Casa Molino y está compuesta por 20 lienzos de 2x2 metros de temática libre, creados expresamente para la ocasión mediante rotuladores y pinturas Entre los lienzos destaca la presencia de firmas típicas del arte callejero y de interesantes obras figurativas con dibujos de manos y rostros, entre ellos un retrato de Federico García Lorca, pintado por Sendra. Para llevar a cabo el proyecto el colectivo de artistas diseñó el llamado 'lienzo móvil', un soporte propio tirado por un triciclo que permite desplazar los lienzos por la ciudad y trabajarlos cómodamente sin la necesidad de una pared. En tan sólo un mes el arte ha salido a la calle, ha recorrido la ciudad y ha ocupado una sala de exposiciones. La diputada de Cultura, Asunción Pérez Cotarelo, afirmó durante la presentación de la muestra que "el objetivo principal de ha sido tratar de establecer un diálogo simbólico entre la calle, como vehículo habitual de expresión artística del graffiti y las salas convencionales de exposiciones, muchas veces vetadas a sus creaciones".

A juicio de El Niño de las Pinturas", portavoz del colectivo, "el graffiti ocupa el espacio de la misma manera que lo hace la publicidad, sin el conocimiento ni consentimiento del ciudadano corriente, pero su mensaje está muy lejos de querer vender algo". En su opinión, este arte "es más bien una señal de libertad y la expresión artística de una persona concreta".

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