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La Casa de los Tiros narra la historia de sus bodas de diamante

  • Gallego Morell repasa la labor de su padre como fundador del museo del palacete en un libro editado por Comares que reúne otros cinco artículos de historiadores granadinos

Comares celebra ahora las bodas de diamante de la fundación del Museo Casa de los Tiros como dinamizador de la vida cultural de la ciudad. Aunque el aniversario fue hace cuatro años, la editorial granadina ha sacado ahora a la luz un libro que recopila seis artículos escritos por figuras de la cultura granadina que vivieron en primera la creación de este foco artístico que iluminó Granada durante un largo periodo y que tuvo como fuente de energía a Antonio Gallego Burín.

Testigo privilegiado de su florecimiento y de la labor del generador del proyecto fue su hijo, Antonio Gallego Morell, autor del primer y personal artículo del libro, que lleva Casa de los Tiros. Su relato arranca el mismo día de la fecha de inauguración, el día 1 de noviembre de 1929, y realiza un recorrido cronológico y sentimental por los 75 años de la institución.

La Exposición Regional de Arte Moderno catapultó al palacio granadino recientemente restaurado al centro de la vida cultural de la ciudad. Sin embargo, para Gallego Morell lo verdaderamente importante es que este edificio acogió el primer Museo de Historia de Granada y Turismo. Rescatado en 1921 tras un largo pleito del que salió victorioso el Estado español frente a los marqueses de Campotéjar, propietarios también del Generalife, para el hijo del desaparecido Gallego Burín la casa es uno de los precedentes de la "proyección cultural de los museos" que preconiza "la teoría museística actual".

En este sentido la Casa de los Tiros no sólo dedicó una decena de salas a museo de historia de la ciudad, también organizó exposiciones, conciertos, conferencias… y una notabilísima tertulia que contó con la participación de algunas de las figuras principales de la intelectualidad y el arte de Granada.

Desde su magnífica biblioteca, hasta la primera hemeroteca que se creó en Granada, pasando por sus famosas "buñoladas" -en las que se reunían los artistas invitados al Festival de Música y Danza- diferentes actividades completan la oferta de este núcleo, en el que han fluido actividades culturales de los últimos 75 años.

Gallego Morell cita a su padre como "motor y alma de la Casa de los Tiros" y recuerda que sus herederos legaron al proyecto todo el archivo que él poseía, que contaba los legados de otras lumbreras de filas de la intelectualidad de Granada: "Al museo donamos su familia libros, papeles, fotografías, cuadros y múltiples elementos. A él hemos canalizado otras donaciones importantes: de Ángel Ganivet, de Melchor Fernández Almagro, del poeta Martínez Durán…".

En lo que respecta a la colección de obras, la Casa de los Tiros quiso marcar las diferencias con el Bellas Artes de Granada: "Si bien en él figuran desde su inicio varios lienzos de la colección de retratos reales procedentes del Generalife y algunos otros de Bocanegra o Martínez de Bustos y esculturas de José de Mora, el museo no fue nunca concebido como Museo de Bellas Artes".

Gallego Morell hace hincapié en su repaso a la importante animación cultural del museo, que irrumpió en el panorama artístico de la ciudad por la puerta grande.

La Casa de los Tiros se arrancó en el panorama de las artes plásticas con una muestra que es un reflejo "de la calidad de una sorprendente muestra que no volverá a reunirse en ninguna otra exposición de arte moderno organizada en nuestra ciudad". La muestra reunió cuadros de pintores como Manuel Ángeles Ortiz, Apperley, Bertuchi, Dalí, Juan Gris, Gómez Mir, Lanz, López Mezquita, Maruja Mallo, Ismael G. de la Serna o Picasso. Pero la espectacular nómina de creadores no se limita a la pintura, también a la escultura de Antonio Cano, Barral, Benlliure.

Las exposiciones se sucedieron en la Casa de los Tiros, causando un "hondo impacto social" algunas de ellas, como la dedicada al centenario de Ángel Ganivet o el 25 aniversario de los Festivales de Música y Danza.

Con motivo de la cita primaveral con la música en Granada, la Casa de los Tiros organizaba una "buñolada" en el jardín y el patio de los Granada Venegas a la que asistían los directores, solistas, artistas y profesores presentes en la ciudad. También los críticos musicales, periodistas, escritores, músicos e intérpretes, que de esta forma "se acercaban algo más al alma de Granada".

Desde la Casa de los Tiros también "se organizan los primeros cursos de extranjeros convocados simultáneamente por la Universidad y por el Patronato de Turismo en los años treinta". Además, fue el germen de la recuperación de las Cruces de Mayo. Allí se montó una en 1964, que luego "se desbordó desde el Palacio hacia toda la ciudad" y logró "la recuperación de la fiesta popular que tuvo al año siguiente su sorprendente explosión con la incorporación de barrios enteros". Antonio Gallego Morell cierra su artículo con dos amplios apartados en los que recalca la importancia de la Biblioteca y la Hemeroteca de la Casa de los Tiros.

La primera está dotada de una completa colección de libros de viajes, así como otras sobre gitanos, Sierra Nevada, Eugenia de Montijo o Washington Irving.

La hemeroteca es una creación posterior al museo. Arrancó de los periódicos granadinos de la Guerra de la Independencia y del reinado de Fernando VII, se enriqueció con los fondos de periódicos granadinos la primera mitad del XIX y las donaciones del bibliófilo granadino Miguel Garrido Atienza, Paula Valladar, Gallego Burín y Fernández Almagro.

Con todas estas iniciativas, la Casa de los Tiros, un palacio del XVI, se convirtió en el siglo XX en uno de los museos más importantes de la ciudad. Gallego Burín se convirtió en el artífice de esta obra, que sigue jugando un importante papel en la vida cultural de la ciudad en la actualidad.

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