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Charlie Rivel, gran payaso pero pobre hombre, según su nieto

  • El circo Price rinde homenaje con una exquisita exposición a su única hija, Paulina

Charlie Rivel fue un gran payaso, el que mejor ha "llorado" de la historia, pero José Andreu, el "civil" que había detrás de la nariz roja, fue un hombre "muy pequeño", "machista" y "malo", en especial con su única hija, la nonagenaria Paulina, a quien el Price homenajea con una exquisita exposición. El hombre que nació el 23 de abril de 1896 en Cubellas (Barcelona) fue "siempre desconsiderado" con las mujeres, hasta el punto de que a su hija la llamaba "puttana" por salir con sus amigas tras divorciarse del danés Albert Schumann, en 1970, a pesar de que ella fue su "cara blanca", el payaso "listillo" que le ayudó con la réplica en el escenario en los últimos diez años de su vida.

Pero su mayor desprecio fue que en su testamento solo se refirió a sus tres hijos varones -Valentín, Carlos y Juan- como si Paulina (Barcelona, 1921) no hubiera existido nunca, explica su nieto de 63 años, Jacques, sin que la aludida esté presente.

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