Chavela Vargas 'ilumina' a Martirio para convertir en cante sus cancionero
Chavela Vargas se ha ido pero su luz 'jala' de quienes la conocieron, por eso, Martirio no ha tenido "otro remedio" que prestarle su nuevo disco, De un mundo raro, que salió ayer, para tejer con diez de sus canciones un jorongo "a compás", de bulería a zambra, y hacerse con él un sayo de "cante". "Hace un año -Vargas falleció el 5 de agosto de 2012- empecé a preparar el disco con mi hijo Raúl y quería canciones de mujeres que me han influido pero cada vez que llegaba a una de Chavela se me erizaba el vello, así que nos miramos y nos dijimos 'tiene que estar dedicado a ella'", relata en una entrevista la cantante onubense.
La forma de cantar de 'la chamana', dice, "limpiaba el corazón de quien la escuchaba, porque perdonaba todos los rencores y calmaba el desamor", asegura Martirio, nacida como Isabel Quiñones en 1954 y todo un icono popular desde que en 1985 decidiera ponerse la peineta y las gafas oscuras para proclamar que se había "acabao" la rutina en su vida.
Para su homenaje a Vargas, a la que conoció en el mítico concierto de la Sala Caracol de Madrid, en 1993, y con la que congenió desde "el minuto cero", ha elegido La llorona, En un mundo raro, El andariego, La noche de mi amor, Las ciudades, Sombras, Quisiera amarte menos, La sandunga yLas simples cosas. "La selección salió muy naturalmente; los temas se descartaban unos a otros y yo creo que, al final, hay una unidad de concepto en la temática y línea. Además, se trataba también o, sobre todo, de que se pudieran trasladar al flamenco y que tuvieran que ver conmigo", detalla. La que más le estremece es Sombras porque, precisa, esta grabada de una forma "en la que se palpa la desolación que la acompaña.
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