Cerca de un centenar de pinturas, estampas y dibujos de Cristo del maestro holandés Rembrandt se reencontraron ayer en el Museo del Louvre de París después de 350 años de dispersión en colecciones de Europa y Estados Unidos. El trabajo de tres grandes instituciones culturales como son el Museo de Arte de Filadelfia, el Instituto de Artes de Detroit y el propio Louvre ha dado lugar a la muestra Rembrandt y la figura de Cristo, compuesta por obras que revolucionaron en su época la forma de retratar a Jesucristo, hasta entonces muy idealizado en sus representaciones pictóricas.
El genio del claroscuro trató de responder, a mediados del siglo XVII, a la pregunta sobre la "verdadera" fisonomía de Jesús de Nazareth, rompiendo con toda la tradición del arte cristiano.
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