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Dani Rovira, el actor que se curtió en los cafés y teatros de Granada

Curtido en el humor y los escenarios como monologuista, el malagueño Dani Rovira confirma su talento para la comedia en Ocho apellidos vascos, su primer papel en el cine, que defiende a golpe de naturalidad y de tablas. "La inconsciencia me ha servido mucho a la hora de rodar, porque lo he hecho con mucha espontaneidad, y ojalá nunca la pierda", dice el cómico, de 33 años.

La oferta para interpretar a Rafa, un típico andaluz chulesco y gracioso que, contra todo pronóstico, abandona su querida Sevilla para perseguir el amor de Amaia (Clara Lago), una vasca, le llegó por casualidad al teatro donde en aquel momento representaba su espectáculo "Quieres salir conmigo". Las directoras de casting Eva Leira y Yolanda Serrano se fijaron en él y, cuando les llegó el irreverente guión de Borja Cobeaga para la película de Emilio Martínez Lázaro, tuvieron claro que él era el candidato ideal. "Ha sido una cosa nada esperada pero muy bienvenida", asegura Rovira, que, ya desde sus tiempos de estudiante de Actividad Física y Deporte en Granada, se pagaba la matrícula y el alquiler con lo que ganaba como cuentacuentos y en cafés-teatro.

Después vinieron los fichajes de Paramount Comedy y El club de la comedia, y su colaboración humorística en programas de televisión como Estas no son las noticias. Toda esa experiencia se nota cuando, en una secuencia rodada en el centro de Getaria, que recrea una manifestación "abertzale", con 200 figurantes vascos y tres decenas de "ertzaintzas" reales, Rovira coge el megáfono y se pone a cantar "Euskadi tiene un color especial", versión de Los del Río.

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