Entrevista David Trueba | Escritor y cineasta

"Las tradiciones populares no tienen color, no son de nadie, y mucho menos de un partido"

  • El artista hablará este jueves sobre la figura de Chicho Sánchez Ferlosio en las jornadas de memoria histórica de Diputación donde proyectarán su documental 'Si me borrara el viento lo que yo canto'

El escritor y director de cine David Trueba (Madrid, 1969)

El escritor y director de cine David Trueba (Madrid, 1969) / Jordi Vidal

"Nos preparan a la lucha / en contra de los obreros / mal rayo me parta a mí / si ataco a mis compañeros. / La guerra que tanto temen / no viene del extranjero / son huelgas igual que aquellas / que lograron los mineros". Los himnos de Chicho Sánchez Ferlosio han sobrevivido al paso del tiempo por su carácter popular, reivindicativo y actual. El artista compuso coplas satíricas en plenos años 60 donde se burlaba del régimen y se solidarizaba con los obreros, con las huelgas de mineros en Asturias, con la dignidad del pueblo y con el asesinato del político comunista Julián Grimau. David Trueba (Madrid, 1969) dedica un documental a bucear en la figura del inclasificable cantautor y cuenta la gestación del disco Canciones de la Resistencia española, grabado en la clandestinidad. Si me borrara el viento lo que yo canto podrá verse este jueves en Condes de Gabia a las 20:00. El escritor y cineasta madrileño estará presente en la proyección, programada dentro de las jornadas de memoria histórica de Diputación dedicadas este año al exilio republicano. El realizador atiende amablemente la entrevista desde Mallorca donde presenta su nueva película, A este lado del mundo, una mirada a la inmigración rodada en su mayor parte en Melilla. Antes de colgar, pregunta con un tono cercano por el tiempo en la ciudad. Mejor que se traiga una chaquetilla, le aconsejamos.

-¿Qué tal ha pasado estos meses de pandemia?

-(Ríe). Supongo que como todos, entre la prudencia y el estupor.

-El sector cultural lo está pasando muy mal a raíz de la crisis. ¿Cómo de jodido lo estáis pasando los trabajadores de esta industria?

-Es una industria que en numerosos aspectos tiene todavía mucha precariedad. Hay muchísima gente que trabaja vocacionalmente sin seguridad  de ningún tipo, ni laboral ni nada, por su impulso personal. Se han encontrado desde marzo sin la imposibilidad de ingresar un euro. Muchos de ellos lo están pasando mal. Lon profesiones que no han tenido nunca estabilidad ni estatutos para que regule los altos y bajos. A veces se trabajo en verano si eres un técnico de sonido o actor de entretenimiento. Las cosas son tremendas. El detalle más nimio. Cuando se suspenden las cabalgatas, que no han ocupado los titulares porque ahora se habla de los bares, afectan a personas de producción, transporte, diseño de vestuario, decorado, actores. Las fiestas populares son su temporada alta. Son profesiones que se empiezan en la juventud y se van alargando. Nunca se acaba de tener un contrato que dure más de equis días.

-En las profesiones creativas sobre todo uno se acaba autoexplotando porque como le gusta, pero es indigno.

–Son tan vocacionales que uno acaba siendo el peor consejero de sí mismo. Tengo inseguridad, pero hago lo que me gusta. Y así nos va.

-Visitará este jueves Granada para participar en unas jornadas de memoria histórica. ¿Vivimos en un país de desmemoriados dividido en dos bandos?

-No sólo ocurre en España. Todos los países tienen problemas parecidos. Yo viví en Estados Unidos y me di cuenta de que no tenían un relato sobre la Guerra de Vietnam en el que la sociedad estuviera de acuerdo. Cuando aún se plantean las dos dicotomías políticas entre unos y otros sale a relucir. Nosotros también y por desgracia no parece que el futuro sea muy halagüeño. Si me preguntan siempre digo que si la generación que vivió la guerra no la utilizó en su propio beneficio o en su propio victimismo cuando tuvieron que tirar hacia adelante, tan malo será que lo hagamos nosotros. Nosotros debemos ser justos. He oído a alguien decir que la memoria es libre y estoy bastante en desacuerdo. Los países deben tener una memoria acordada.

-Los jóvenes asistimos a un esperpento, un teatrillo, cuando nuestros políticos hablan de la historia reciente del país.

-Cuando comienzas a utilizar el pasado para justificar el presente o para rascar filias y fobias en el presente mala cosa. Si alguien rescata el pasado será para tratarlo de una manera académica, con conocimiento de causa y con estudio. Y sobre todo con respeto. Por ahí deben ir los tiros. Cuando te acercas al pasado, en el formato que sea, ya sea un discurso, una película o un libro, lo primero que hay que tener es respeto por los que estuvieron allí.

-Presentará su documental Si me borrara el viento lo que yo canto. ¿Por qué cree que estas canciones dieron la vuelta al mundo y fueron interpretadas por tantos cantautores?

-El primer mérito es de la propia canción. Sin eso no puedes empezar la historia: las canciones deben funcionar en sí mismas como canciones. Luego tienen un componente de folclore popular que hace que muchísimas personas que las oían no cayeran en la cuenta de que eran canciones con un autor. Pensaban que eran canciones de dominio público. Mucha gente tiene asociada la canción de Los gallos a la guerra civil que cantaban los milicianos. No se podían creer que fuera una canción compuesta en los años 60 en la universidad española. Una canción contestataria y protestataria, como decía Chicho, en pleno régimen. ¡Joder!

-¿Que mensajes de Chicho en sus canciones siguen vigente 50 años después de componerse?

-Muchas de ellas siguen contando la historia del poder tenebroso y la luz de las personas, de la resistencia, de la lealtad entre trabajadores, entre las personas necesitadas, frente al abuso. Es un retrato de la civilización que te remontes donde te remontes, en el futuro más próximo, va a seguir vigente.

-¿Cómo se resiste en la sociedad actual? ¿Dejando de comprar en Amazon, cuidando a los comercios locales, gastando menos y utilizando menos el móvil?

-Yo hablo mucho en institutos. Les hago ver en las contradicciones en las que los jóvenes caen cuando hacen sus reivindicaciones y al mismo tiempo les señalo aquellas cosas en las que ellos están contribuyendo a empeorar. En lugar de utilizar la tecnología para hacer un mundo más vivible, la mayoría la usan para la hipercomunicación, como si fuera una especie de parapeto detrás del que te escondes en el móvil para insultar, faltar al respeto y no compartir las ideas de los que no piensan como tú. Los jóvenes deben dejar de consumir con inercia y empezar a pensar que a veces cambian más el mundo con su consumo, su forma de vivir o de comportarse con sus amigos, que con grandes discursos y grandes lemas.

-Usted habla de "mártires con teléfono móvil" en una columna de opinión reciente. Es una definición bastante buena de lo que son los ciudadanos hoy día.

-(Ríe). A veces me he encontrado a chicos jóvenes que se definen como antisistema. Yo les digo: "Tú crees que el sistema es la democracia, los bancos y los partidos políticos. El sistema es eso". Y le señalo el móvil. El día que rompas eso entonces podrás presumir de antisistema. El otro sistema lo conformamos todos con las cosas buenas y malas. Pienso en las personas que barren y limpian las puertas de sus negocios o de sus casas. No se preguntan si la ciudad está más sucia con este gobierno o con otro. No entran en esa disquisición. Cada mañana se levantan y barren su contorno antes de empezar a mirar si esta sucio el del lado, si el otro lo hace mal. Ese es el tipo de comportamiento en todos los aspectos extrapolables.

Otra fotografía del cineasta madrileño Otra fotografía del cineasta madrileño

Otra fotografía del cineasta madrileño / Javier Albiñana

-Cantaba Chicho Sánchez Ferlosio que su patria eran sus hermanos que labraban la tierra. ¿Qué es para usted la patria? ¿Quiénes son los verdaderos patriotas?

-Hace mucho tiempo que yo maneja una definición. Un país es la calidad de un país, que es la suma de la calidad de sus ciudadanos. Todo lo demás es un cuento chino porque los países muchas veces son accidentes geográficos o, como en el penoso caso de África, unos lápices de los que se repartieron y decidieron hacer fronteras donde a ellos les salían las narices (así de difícil han dejado el continente). Fuera de ese accidente, de ese origen casi azaroso, un país es la suma de las calidades de sus ciudadanos. Cuando critico a mi país por algo lo que hago es tratar de animar a los ciudadanos a mejorarlo y cuando lo elogió trato de que no se desanimen quienes lo están haciendo bien. Aquí hay mucha gente generosa y solidaria.

-¿Qué piensa sobre el fenómeno de Vox?

-No tengo una opinión contundente contundente sobre ellos como no la puedo tener sobre otros partidos. Me provoca cierta incomodidad que aparezca un partido que se apropia, por ejemplo, de los cuerpos de seguridad del Estado, del ejército, de cosas que nos pertenece a todos y que pretenden hacerlas pasar como propias. Por ejemplo las tradiciones populares, la raigambre de la gente de sus pueblos. Todas esas cosas no tienen color y no son de nadie y mucho menos de un partido. No me gusta cuando un partido se apropian de ellas. He conocido a gente que trabaja en esos sectores que no piensan de la misma manera. A veces les veo como si ellos fueran los representantes de esas instituciones. Es como si alguien se apropiara de los barrenderos. Es lo único que me preocupa. Eso también ha pasado con la casa y los toros, que no son instituciones tan formadas como el ejército. Eso me produce tristeza. Seguramente haya un montón de toreros y aficionados que no piensan así y que no se sientan representados por ese partido. O cazadores, gente del campo, que tendrán otras prioridades y otra visión de la política. Como también pasa en la izquierda apropiándose del mundo artístico y cultural. Yo trabajo en el mundo del cine y las personas más importantes que he conocido en el sector son personas muy conservadoras. Sin embargo, constantemente oigo: "Todo el cine es de izquierdas, todo el teatro es de izquierdas". Mayoritariamente el mundo artístico será progresista, pero también hay muchísimas personas de derechas. Que nadie se apropie de nada. Es la única pega que tengo. Por lo demás, forma parte del mapa donde la democracia está un poco perturbada por algunas recetas mágicas frente a los problemas reales. Como es el caso de la inmigración. Cualquier persona inteligente sabe que son problemas muy complejos que no tienen una resolución sencilla si es que la tienen.

-Para solucionar los problemas de inmigración habría que realizar una labor a largo plazo.

-Son problemas muy complejos que arrastramos desde hace siglos. Cuando veo a alguien llegar con una receta del tipo "voy a levantar el muro más alto o los voy a expulsar a todos", me pregunto ¿pero alguien es tan idiota que se puede creer que eso lo van a hacer?

-A mí lo que me preocupa es que ese discurso, vertebrado en el miedo y en el odio, cale en la gente.

-Por eso es muy importante que en los medios se oigan voces de personas formadas y que las televisiones dejen de estar llenas todo el día de cotilleos y bobadas. Que hagan un pequeño esfuerzo por formar a la población. A la gente no sólo se la forma es la escuela. Se la forma en la sociedad, en la familia, en el pueblo, a través de los medios. Necesitamos gente preparada y cultura porque a la gente que se informa desde varios medios es más difícil engañarla. Es como si tuviera un detector de falsedades. En las democracias mediáticas en las que vivimos hemos creído que el ciudadanos nace y ya es libre. Hay muchísima gente que no ha tenido oportunidades de formarse.

-Ahora no tenemos tiempo ni para aburrirnos.

-Hay cierto miedo a no estar haciendo nada. No hay que tener miedo a estar solo un rato, leyendo, viendo un documental. Hay que disfrutar de ello.

-Sus películas sólo las encuentro en Filmin o Vimeo. ¿Qué opina de que las grandes plataformas como Netflix o HBO?

-Tengo una página web donde intento que estén disponibles las cosas que he hecho. Creo bastante en la independencia. Me preocupa mucho la concentración de esas plataformas, de la idea de que a través una tarifa plana la gente caiga en el error de creer que todo lo que está ahí es todo lo que tiene que ver. Ahora en los Estados Unidos hay una enorme preocupación con el poder omnímodo que ha cobrado Facebook, Google, Amazon y Youtube. Están tratando de frenarlos y dividirlos. Veo que en nuestro país no hay una gran preocupación de que Google sea el buscador del 99% de la población. Eso es un drama. Sin criticar a la empresa, que es muy exitosa, es un drama. Significa que lo que ellos no quieren que se vea no se ve. Y no podemos vivir así en una era en la que presumimos de ser libres.

Además, no pagan impuestos en España...

-No sólo no pagan impuestos, sino que no generan empleos.

-Conoció a Billy Wilder en persona. ¿Qué fue lo que más le impresionó de él?

-Fue mérito de mi hermano Fernando. Él lo había conocido. Estaba en el American Film Institute de Los Ángeles. Mi hermano le dijo que yo iba a vivir allí. Yo nunca la llamaba porque me da vergüenza molestarle. Finalmente fui a verle y pasamos una mañana maravillosa. Era un tío de una generosidad y de una curiosidad enorme. Un hombre con un gran sentido del humor, muy ácido, y muy al día de lo que se hacía. Me impresionó mucho su curiosidad.

-¿El talento del artista depende en gran medida de su curiosidad?

-Es indivisible. Una de las patas del talento es la curiosidad. Incluso un gran científico lo suele ser porque su grado de conocimiento abarca más campos como la literatura, el arte. Porque se da cuenta de que para lo suyo eso también es importante. Billy Walder tenía una de las mejores colecciones de arte del mundo. La gente que tiene esa curiosidad, esa capacidad de interesarse por los demás, suele responder con más categoría en su propio oficio.

-¿A veces, más allá de la persona pública, perduran sus mensajes, no? Mira Don Quijote, mira la canción de Los gallos de Ferlosio.

-Una de las razones por las que hice este documental de Chicho fue para mostrarle a la gente joven cómo se puede llegar al éxito, a la trascendencia y a la eternidad. Cómo se puede llegar por el camino contrario al que te están diciendo que hay que ir. No tiene nada que ver con el camino de Operación Triunfo, de la exposición, de la exhibición, del trepa, del ambicioso. Si no en este caso consigue la inmortalidad una canción hecha por un señor que no quería grabar discos. La gente va a tener éxito a su manera por la autenticidad de lo que hace. Eso es innegociable.

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