Diálogos con la música

El concierto sinfónico de la Orquesta Ciudad de Granada este fin de semana se ha enmarcado dentro de los XXIII Encuentros Manuel de Falla. Los encuentros constituyen una de las citas culturales más emblemáticas de nuestra ciudad. A través de ellos, hemos aprendido a valorar mejor la obra de Manuel de Falla, uno de los artistas españoles más emblemáticos; del mismo modo, a través de su vida y su legado artístico, año tras año nos acercamos a un aspecto diferente de la cultura y la música de la primera mitad del siglo XX. La OCG ha estado presente desde sus inicios en esta iniciativa del Archivo Manuel de Falla, y este año no ha querido faltar a la cita.

Falla fue, sin duda, uno de los compositores españoles más influyentes en las primeras décadas del siglo XX. Su visión amplia de la música de su tiempo, unido a un profundo conocimiento de la tradición musical española, enmarca su estilo entre el nacionalismo y el neoclasicismo. Su curiosidad le llevó a estudiar autores españoles del siglo XVIII como Scarlatti, Soler y Bocherini. Precisamente este último fue quien abrió el concierto de la OCG, con la interpretación de Musica notturna di Madrid, una bella marcha para cuerdas que crea el efecto de despedida de sus componentes para hacer referencia a la retirada de la guardia nocturna en el Madrid dieciochesco. Una bella interpretación, equilibrada y cuidada en lo melódico, sirvió como aperitivo musical.

A continuación se interpretó la Sinfonietta de Ernesto Halffter. Considerada como un referente para el neoclasicismo de la Generación musical del 27, la obra se estructura en cuatro movimientos de pequeñas dimensiones. Es, en cierto modo, una breve sinfonía clásica escrita desde la estética y el lenguaje de las primeras vanguardias del siglo XX. La interpretación de la Sinfonietta se abordó con claridad en la exposición de los distintos planos y texturas que permitió una buena comprensión del los elementos estructurales. El discurso resultó vivo y diáfano, muy oportuno para una obra tan equilibrada y precisa.

La segunda parte del concierto se ocupó con la interpretación de la Sinfonía n. 8 de Ludwig van Beethoven, sin duda una joya del sinfonismo romántico. Esta sinfonía, una de las más breves y clásicas de Beethoven, fue magistralmente abordada por Rubén Gimeno, que gestionó hábilmente los efectivos sonoros de nuestra orquesta. Cada movimiento fue abordado con un tempo justo y bien calibrado, potenciando el rico juego motívico entre cuerdas y vientos. Destaca el delicioso trío del tercer movimiento, con un papel destacado de las trompas, fagot y clarinete. Quizás hubo que lamentar un exceso de sonoridad por momentos en las trompetas, pero en definitiva fue una buena versión de la sinfonía, que se suma a las que pudimos escuchar en el concierto anterior como parte del ciclo integral de sinfonías de Beethoven que la OCG tiene programado este año.