Documental sobre la muerte de Iñaki Ochoa
El montañero falleció cuando escalaba el monte Annapurna
Los directores Pablo Iraburu y Migueltxo Molina finalizaron la pasada semana el rodaje de Pura vida, el documental sobre el intento de rescate del montañero Iñaki Ochoa de Olza. La película, que se encuentra en fase de postproducción, acaba de ser presentada en el Festival Internacional de Documentales IDFA de Amsterdam.
Otro largometraje que prácticamente ha concluido su rodaje es Baztan, una película de Iñaki Elizalde que narra la historia de los agotes en distintos momentos históricos.
Pura vida se acerca a las vidas de los rescatadores para volver a narrar sus vivencias y recordar aquellos días. Para ello, el equipo de la película se ha desplazado a los países de cada uno de los miembros del equipo que participó en el rescate de Ochoa de Olza.
En concreto, se ha grabado en Rumanía (Timisoara y Bucarest), Polonia (Gdansk), Inglaterra (Londres), Suiza (Interlaken), Rusia (Ekaterimburgo y Saratov), Kazajstán (Almaty), EEUU (Bishop), Canadá (Calgary) y Nepal (Katmandú), donde también se han filmado varias secuencias en el campo base de Annapurna.
Además, la película incluirá imágenes de archivo y rodaje en paisajes espectaculares que nos acercarán el perfil del himayalista navarro fallecido.
Baztan cuenta la singular historia de los agotes, un pequeño grupo de personas marginadas que vivían en el barrio de Bozate en Arizkun y que sufrieron por parte de sus propios vecinos una de las mayores campañas de persecución de la historia del valle.
El largometraje cinematográfico, cuyo estreno está previsto en primavera de 2011, propone una estructura de tres relatos cronológicamente distintos, con sus correspondientes saltos temporales, por los que discurren 78 personajes.
El elenco de intérpretes está formado por vecinos del valle de Baztan, algunos de ellos en el papel de protagonistas; conocidos actores como Kandido Uranga, Joseba Apaolaza y Txema Blasco y con la colaboración especial de Carmelo Gómez y Unax Ugalde.
Iñaki Ochoa de Olza falleció el 23 de mayo de 2008, durante la ascensión al Annapurna, donde sufrió daños cerebrales y un edema pulmonar que le provocaron una pérdida del conocimiento y, finalmente, la muerte. Su cuerpo se encuentra en el corazón de la montaña a 7.400 metros de altura por expreso deseo de su familia tras su fallecimiento y después de los infructuosos intentos que hubo por rescatarle antes de constatar que ya había muerto.
El montañero albergaba el sueño de devolver a los niños más pobres, huérfanos y necesitados de los países con montes de más de 8000 metros de altitud parte de lo que él había recibido. Por eso, quería recaudar fondos para construir un orfanato en Khatmandú, un hospital infantil en Pakistán y una escuela en Dharamsala (sede del exilio de los monjes tibetanos). Desgraciadamente no pudo ver cumplidos sus deseos.
No hay comentarios