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Donado a Granada el piano en el que se compuso el himno andaluz

  • El Centro de Documentación Musical custodiará a partir de ahora el instrumento en el que escribieron música y letra Blas Infante y el compositor José del Castillo.

El Centro de Documentación Musical presentó ayer públicamente el piano en el que Blas Infante y el compositor José Castillo Díaz compusieron el Himno de Andalucía y que el pasado 18 de noviembre fue donado por un heredero del músico, su sobrino-nieto Rafael Estévez Bautista. Junto al piano, Estévez también cedió las partituras del himno y otras composiciones.

El instrumento, que ahora deberá ser afinado y acondicionado para estar en el centro, es un piano vertical del constructor La Piazza del siglo XIX y que fue regalado por José Castillo a sus sobrinos cuando eran jóvenes para que aprendieran música.

"Esta donación para nosotros es un acto muy emotivo, por lo que simboliza en relación con el Himno de Andalucía", dijo el delegado de Cultura de la Junta en Granada, Pedro Benzal. "Vivimos en una sociedad en la que todo se valora a nivel económico, pero este piano de más de un siglo tiene un importante valor simbólico".

El director del Centro de Documentación Musical, Reynaldo Fernández Manzano, relató que el instrumento fue creado a finales del siglo XIX por un constructor italiano que se instaló en Sevilla en 1850. También señaló que el Himno de Andalucía se interpretó por primera vez en el 10 de julio de 1936 a cargo de la Banda Municipal de Sevilla bajo la dirección de Del Castillo, que hizo también la orquestación. Tras la guerra, el compositor cayó en desgracia por sus simpatías hacia la República. "Ahora hay que reivindicar la memoria de José del Castillo, un compositor que realizó multitud de composiciones y marchas procesionales de Semana Santa y que en su momento era enormemente conocido".

El donante del piano y las partituras, Rafael Estévez Bautista señaló que Granada era la única ciudad donde debería encontrarse ese piano. "El centro de la música siempre ha estado en Granada", dijo . "El espejo creativo en el que se miraba José del Castillo era Isaac Albéniz, y Albéniz estaba enamorado de Granada hasta las trancas, hasta el punto de que quería 'granadinizar' Cataluña. Manuel de Falla dejó Cádiz para instalarse en Granada. Y José del Castillo, al terminar la guerra y se encarcelado, fue desterrado a Granada. De pronto pasó de ser uno de los compositores más populares de Sevilla a tener que sobrevivir en Granada tocando y cantando en cafetines".

Estévez recordó cómo Blas Infante, que había escrito la letra, y José del Castillo, que se encargó de la música, decidieron no registrar el tema para que los derechos fueran universales. Con la llegada de la Transición, la composición, sin embargo, fue atribuida exclusivamente -letra y música- a Infante, algo que ahora el sobrino-nieto del compositor intenta arreglar. "Eso me ha costado muchas demandas en Sevilla", dijo.

Del Castillo fue amigo en su tiempo de Manuel de Falla y de Isaac Albéniz y luego, en su época de silenciamiento por parte del franquismo (hoy apenas se le dedican dos líneas en las enciclopedias musicales) fue admirado por artistas de la talla de Lola Flores, Antonio Machín, Manolo Caracol, Juanita Reina. "Todos querían aprender con él", explicó.

José del Castillo murió el 15 de mayo de 1955 y el piano permaneció en la casa de Rafael Estévez durante años. "Ahora he cumplido más de setenta años, tengo tres hijas, y no sabía dónde irían a parar el instrumento y las partituras, de modo que decidí donarlo todo a Andalucía, que es a donde pertenecen, y que el piano esté en Granada por toda la relación que tuvo José del Castillo con esta ciudad".

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