En escena Estreno de 'Las Pasiones' dentro del programa 'Telón abierto' del Teatro Isabel la Católica

Elixir Teatro pone en movimiento las 21 pasiones del hombre

Sorpresa, celos, tristeza, desesperación, éxtasis, risa, odio, agonía, llanto, dolor moral, dolor físico, esperanza, admiración, muerte, nacimiento, miedo, amor, deseo, placer, alegría y desprecio. Las 21 pasiones que el ser humano puede llegar a expresar con las facciones de su rostro -el resto de sentimientos, que son prácticamente infinitos, producen en la cara gestos similares a esos 21-, se ponen en movimiento en Las pasiones, el nuevo espectáculo de la compañía granadina Elixir Teatro que se estrena esta noche dentro del ciclo Telón Abierto del Teatro Isabel la Católica.

Concebida como una propuesta de danza y teatro, Las pasiones se adentra en lo más íntimo del ser humano mediante coreografías con música (no faltará, entre otras, el Ne me quite pas de Jacques Brel), representaciones escénicas de textos y poemas y proyecciones audiovisuales que pretender explorar "cada vértice de lo que a uno le hace ser diferente de todos los seres que respiran", según afirma Vicente Drü, autor de los textos que se podrán escuchar durante el montaje.

Las pasiones supone una vuelta argumental y estilística de Elixir Teatro, que en sus anteriores propuestas había abordado ya temas tan intensos como el tratamiento de los homosexuales en los campos de concentración nazis de Bent (amores incompletos) o la aparición del SIDA en la España de los años 80 de Ángeles.

Este nuevo montaje reúne sobre el escenario a cuatro actores que deben responder al reto de liberar cada milímetro de su cuerpo para dejar que se mueva respondiendo a los impulsos que les dictan sus pasiones. "Los actores no somos bailarines, por lo que ni tenemos la técnica perfecta de ellos ni unos cuerpos perfectos, aunque no creo que eso sea lo más interesante de la danza. Para nosotros, lo bonito es poder disfrutar de los cuerpos en movimiento, ver cómo se mueven, cómo se desplazan por el espacio y cómo se comunican entre ellos y con el espectador", explica Jordi Martí, director y actor de la compañía, quien ideó el montaje mientras veía como espectador una obra de teatro.

Las pasiones empiezan con la sorpresa y se pasean con soltura por los distintos estados de ánimo. Algunos son breves, como el miedo, que apenas dura unos segundos; mientras que otros requieren de más tiempo sobre el escenario, como la tristeza, que prologa su presencia durante más de cuatro minutos. El resto se van sucediendo con más o menos duración y, entre ellas, asoman la muerte y el nacimiento, que "van necesariamente de la mano".

Una escenografía muy austera, arropada tan sólo por 21 lámparas con los nombres de las 21 pasiones escritos en ellas y que se apagarán conforme sean interpretadas completarán la puesta en escena de un espectáculo que, como las emociones "salen del corazón y la mente las potencia".

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