Expertos en códices y literatura medieval criticaron ayer algunos aspectos de la seguridad que tenía el Códice Calixtino en la Catedral de Santiago antes de ser sustraído, al tiempo que han instado a investigar a un "círculo muy cercano" sobre el robo.

Así lo aseguró el editor de códices y libros iluminados Manuel Moleiro, experto en la materia, que aseguró que, según los datos que maneja, los sistemas de seguridad en el Archivo de la Catedral compostelana "no eran muy allá" para custodiar un libro del valor del Códice Calixtino.

Moleiro apuntó que el protocolo de consulta de este tipo de documentos en los centros en los que se conservan obligan a un estricto control de las visitas. "Te dan un carné para acceder a la sala, y, a posteriori, tienes que rellenar todos tus datos de tu puño y letra, con tu firma y con el día, mes, hora minuto y segundo en el que lo consultas y lo entregas", resaltó el experto.

En esta línea, Moleiro echa de menos este "registro pormenorizado" en la Catedral de Santiago y se mostró sorprendido "de un modo inmenso" de que el responsable del Archivo, el deán José María Díaz, "no sepa la fecha y la hora" en la que se consultó por última vez el Códice y quien lo hizo.

"Si los protocolos de seguridad habituales están presentes, no debería pasar nada", explicó Manuel Moleiro, aunque admitió que en una Catedral como la de Santiago "a veces los circuitos son más pequeños" y la "custodia" más "abierta".

En cuanto al acceso al Códice Calixtino, Manuel Moleiro recordó que únicamente tenían llave de esta sala tres personas, por lo que ha visto necesario investigar en un "círculo muy cercano" a los tres responsables del Codice. "Esto no se puede enseñar a un amiguete", señaló el experto. Aún así, Moleiro recordó que "todas estas cosas se roban para vender" y precisó que el estado de conservación en el que se recupere dependerá del tipo de ladrones que lo hayan sustraído.

"Si lo han robado por encargo, eso puede permitir que se recupere íntegro, si lo han robado unos oportunistas, que han visto que se podía robar fácilmente, eso puede ser un problema, porque puede ser que lo troceen para venderlo", indicó el experto.

En relación a esto, Manuel Moleiro recordó que a la Biblia de San Luis, ubicada en la Catedral de Toledo, le fueron arrancadas 16 páginas que se conservan actualmente en la Morgan Library & Museum de Nueva York y que al códice del Beato de Seo de Urgel, robado en 1996, le fue arrancada una página para dar cuenta de su robo a los compradores. En consecuencia, Moleiro recordó la resistencia del pergamino, aunque ha indicado que el Códice Calixtino podría deteriorarse si se somete a condiciones de humedad o de sequía muy fuertes.