Fallece Alfonso Alcalá, la sombra de García Lorca en los despachos

El gestor cultural dirigió el Patronato Federico García Lorca entre 2008 y 2011 y hace unos meses regresó al puesto

Fue un hombre de escena y participó en proyectos como Cábala Teatro

G. Cappa Granada

30 de noviembre 2016 - 02:33

Facebook se convirtió ayer en un gran obituario para recordar a Alfonso Alcalá, el director del Patronato Federico García Lorca de la Diputación que falleció la noche del pasado lunes a los 59 años de edad. Las declaraciones institucionales resaltan la figura de un hombre de teatro, de un gestor cultural escrupuloso. A nivel humano, el responsable de Esdrújula Ediciones, Víctor Miguel Gallardo, esboza el mejor perfil de Alfonso Alcalá, cuando subía a fumar al palomar del Palacio de los Condes de Gabia. Buscaba la soledad y pasar desapercibido, prefería las alturas a las charlas intrascendentes de la puerta.

Alfonso Alcalá dirigió el Patronato Federico García Lorca de Granada en una primera etapa entre 2008 y 2011 y regresó al puesto hace unos meses. En este cargo, que anteriormente habían desempeñado los poetas Antonio Carvajal (2006-2008) y Juan de Loxa (1986-2005), fue el responsable de otorgar el Pozo de Oro a figuras como el crítico José Monleón (2008), el cantaor Enrique Morente (2009), el director teatral José Carlos Plaza (2010) y Claude Couffon (2011), el gran investigador lorquiano. Precisamente tenía este jueves señalado en rojo porque iba a dar la bienvenida al Centro de Estudios Lorquianos al legado de Maya Altolaguirre.

Siempre en un discreto segundo plano, en las pocas entrevistas que concedió dejó entrever su forma de estar en el mundo y en su ciudad. "¿Qué es Granada? Granada no deja de ser una entelequia, un concepto que se puede interpretar de mil maneras. Igual que había mil Federicos hay mil maneras de entender el concepto de Granada. En mi opinión, el concepto de reconciliación está asociado al de normalización, y la sociedad granadina sigue partida igual que hace 80 años. Seguimos sin ponernos de acuerdo, no sólo en el hecho de cómo homenajear a Lorca y su memoria, también en las relaciones sociales", señaló Alcalá en una entrevista el pasado mes de agosto como previa del acto de homenaje en Alfacar a Lorca y a todos los represaliados en la Guerra Civil.

La diputada de Cultura, Fátima Gómez, señaló ayer visiblemente afectada que, en los últimos 30 años, habrá "pocos referentes de su categoría" en el mundo de la cultural. "Deja huérfanos a los municipios lorquianos porque era un trabajador incansable, con una gran perspectiva contemporánea y muy versátil", ahondó Fátima Gómez en la figura del gestor cultural que comenzó su trayectoria vital en la cultura sobre las tablas de un teatro.

Alfonso Alcalá, licenciado en Filología Hispánica por la UGR y funcionario de carrera en la Diputación, comenzó como actor en la compañía Arquitrabe, que surgió de un curso que se hizo en el gabinete de teatro de la Universidad. Con esta compañía hizo un espectáculo de expresión corporal y de danza contemporánea titulado Canguingo y patas de peces. "Era muy granadino aunque nació en Peal de Becerro", señala Ramón Aparicio, coordinador pedagógico del Centro de Estudios Escénicos de Andalucía, uno de sus grandes y primeros amigos bajo los focos.

Después, junto a Jorge y Sara Molina, montaron Cábala Teatro, que estuvo casi 15 años viajando por España y Europa, un recuerdo del que Aparicio recuerda mil anécdotas. Después se disolvió el grupo pero colaboraron puntualmente en espectáculos de Pepe Heredia Maya y con Aliatar Teatro montando Sueño terral. Respecto a su amor por Federico García Lorca, Aparicio recuerda que siempre estuvo muy vinculado a su figura. Después llegaron los despachos y, finalmente, la dirección del Patronato Federico García Lorca, un puesto que compaginó con su pasión por la fotografía y, una vez al año, con el cine, cuando aprovechaba el 48 Hours Film Festival para reunirse con sus amigos de siempre para rodar un cortometraje.

También pasó por la capilla ardiente Juan de Loxa, el director del Patronato Federico García Lorca entre 1986 y 2005. "Ha seguido una línea muy seria, muy coherente y muy a mi gusto al frente de la Casa-Museo de Fuente Vaqueros y del Patronato de la Diputación", señaló el 'agitador' cultural que, aunque pasa la mayor parte del año en Madrid, ha seguido con atención el discurrir de la institución que dirigió durante dos décadas.

Emilio Goyanes, director de Laví e Bel, recuerda que conoció a Alfonso Alcalá nada más llegar a Granada, en 1992. Por entonces trabajaba ya en la Diputación. "Siempre percibías en él una entrega, un amor por el teatro muy profundo porque fue actor durante muchos años. Cuando pasó a la gestión cultural sabía muy bien las inquietudes de los que estamos en la brecha y tenía una gran comprensión por lo que hacíamos", señala Goyanes sobre un hombre que apostó en su última etapa por abrir la Diputación, a las compañías de teatro de Granada, algo que siempre peleó "de la mejor manera posible". "Fue una persona imprescindible en este país en el que a nivel profundo de apoyo estamos muy solos, así que es impagable que haya gente así en la Administración apoyándote", continúa el director de Laví e Bel, que se lleva como recuerdo sus profundos abrazos tras una función. "No hacía falta que dijera nada, todo estaba en el brillo de sus ojos".

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