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Fallece Carlos Álvarez, la voz tranquila de Los Ángeles

  • El guitarrista murió ayer a los 73 años tras una larga enfermedad

  • Agustín, el último superviviente de la banda, le recuerda como "un gran músico"

Fallece Carlos Álvarez, la voz tranquila de Los Ángeles

Fallece Carlos Álvarez, la voz tranquila de Los Ángeles

Si Granada tiene la etiqueta de ser la Ciudad de la Música es, en gran parte, gracias a un grupo que nació a mediados de los sesenta y que fue el precursor de otros como Los Planetas o Lagartija Nick décadas después. Ayer falleció a los 73 años el guitarrista de la banda, Carlos Álvarez, uno de los supervivientes de la formación original, después de una larga enfermedad que, no obstante, no le impidió actuar junto a José Ignacio Lapido hace apenas un mes. "Es el ángel que se nos ha ido al cielo", señaló ayer emocionado José Rodríguez Ampudia, conocido en el mundo musical como Agustín y compañero en la banda desde sus inicios. "Era la voz de Los Ángeles y el que llevaba la armonía de las cuatro voces", resaltaba el compañero de viaje de Carlos Álvarez desde mediados de los sesenta junto a los desaparecidos Poncho González y José Luis García Román.

Porque Los Ángeles fue una banda tremenda. Una formación que había bebido hasta la médula de The Beatles y que había asumido que las buenas canciones se hacen con buenas melodías y voces perfectamente ensambladas. Surgidos a comienzos de los años sesenta como Los Ángeles Azules, la banda, que nunca dejó Granada como su base de operaciones pese a que estuvieran de gira casi todo el año, pronto llamó la atención de las grandes discográficas por las magníficas versiones que hacían de éxitos en inglés y por el atrevimiento de sus arreglos. Tras los primeros singles, llegaría el éxito con canciones como Mañana, mañana, Soldados de papel, 98.6 y, especialmente, con auténticos hits como Mónica o Créeme. Y no sólo en España. Documentales de la época y filmaciones hechas por los propios músicos son testimonio de la angelesmanía que existía en lugares como Cuba o Miami. En Cuba los esperaban en el aeropuerto miles de fans para perseguirlos como si fuesen los mismísimos Beatles.

Carlos Álvarez sobrevivió al fatídico accidente de tráfico de septiembre de 1976 en el que fallecieron sus compañeros de grupo Poncho González y José Luis García Román. Alvarez quedaría gravísimamente herido en el día que marcó el final de la mejor banda de música pop que ha dado Granada. Agustín recuerda que Carlos Álvarez no quería volver a tocar la guitarra después de este accidente, pero que con perseverancia consiguió pasado el tiempo que la banda tuviera una segunda vida con el hijo de Poncho González sustituyendo a su padre en la batería y en la voz, con un gran concierto con el cartel de No hay billetes en el Auditorio Manuel de Falla en el 2006. "Era un hombre al que no le gustaba estar en un primer plano, pero era un guitarrista irrepetible y ahí su está su legado musical en los discos de Los Ángeles", continúa el hombre que compartió habitación con el fallecido durante las largas giras que afrontaron en la cresta del éxito. Y ahí, según recuerda Agustín, Carlos Álvarez ejercía de contrapunto sereno, de saber poner unas gotas de humor inglés en el momento oportuno. "Es un fuera de serie que ahora ya está tocando con Poncho y con José Luis en el cielo", concluye Agustín, el último superviviente de la banda que puso a Granada en el mapa musical.

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