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Fallece Fidel Villar Ribot, el poeta que dedicó sus mejores versos a la amistad

  • El profesor fue un nexo entre España y autores en el exilio como Francisco Ayala o María Zambrano

Fidel Villar Ribot, poeta, profesor y uno de los grandes activistas culturales de la ciudad, falleció ayer en Granada después de una larga enfermedad. Aunque publicó libros de poesía y de narrativa, dedicó gran parte de sus esfuerzos a recuperar la memoria de otros grandes escritores. De hecho, cuando Francisco Ayala aún vivía en EEUU, el joven Villar Ribot ya se carteaba afectuosamente con el autor de Muertes de perro. También fue el primero en traer a Granada a José Saramago, muchos años antes de que ganara el Nobel. Además, mantuvo una entrañable amistad con otros autores en el exilio como María Zambrano, Jorge Guillén o Vicente Aleixandre. Otro nombre asociado a su imparable actividad y a su biografía sentimental fue el de Elena Martín Vivaldi. Y como era una caja de sorpresas inagotable, en un acto de recuerdo a la poetisa celebrado en 2005, apareció en el Palacio de Bibataubín con un poema inédito de Martín Vivaldi, El jardín, dedicado por la escritora al jardín de su casa poco después de que fuera demolida para construir sobre él un edificio moderno. Fidel Villar reveló que ese mismo jardín era el que había inspirado el título del libro El jardín de las delicias de Francisco Ayala, vecino en una época de la escritora.

Uno de sus últimos proyectos estuvo dedicado a la figura de Federico García Lorca con el libro Polisón de nardos, en el que hizo un inventario de todos los versos lorquianos que contienen la palabra 'luna'. "Y la forma en que utiliza las metáforas es lo que hace a Lorca un poeta de dimensiones épicas", señaló en la presentación un hombre de amores desmesurados.

Su último proyecto fue reunir por primera vez todos los textos poéticos de José Heredia Maya, autor de obras emblemáticas como Camelamos naquerar o Macama jonda y primer catedrático calé en una universidad. "La de José Heredia Maya siempre es una voz para la libertad que clama contra las imposturas de la Historia: desde la limpieza de su intención hasta la honestidad de su mensaje", señaló Villar Ribot en la presentación de otro homenaje a otro de sus amigos.

Sin embargo, no fue tan militante a la hora de publicar su propia obra. Fue en 2011 cuando publicó la primera entrega de la trilogía El humo de los labios. Se trataba de textos que había escrito entre 1981 y 1989. Según confesó, en su momento mandó los textos a una editorial, que le propuso que se presentara a un concurso nacional manejado por ellos para premiarle y ahorrarse los gastos de edición. "Devuélvanme mi manuscrito", respondió Villar Ribot.

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