El guitarrista granadino Rafael Hermosilla falleció el lunes a los 50 años de forma repentina, sólo unos días después de detectarle un cáncer de riñón. El funeral tuvo lugar ayer tarde en Armilla.

Versátil y ecléctico como guitarrista, efectivo y personal como compositor, era uno de los músicos más conocidos, queridos y admirados de la ciudad. Comenzó como alumno de Manuel Cano en el Conservatorio Victoria Eugenia y aprendió de Emilio Maya, Paco Cortés y Manolo Sanlúcar, aunque en los últimos años su dominio del instrumento le llevó a impartir talleres de guitarra flamenca para distintos niveles.

Como intérprete su principal característica fue la versatilidad y la capacidad de adaptarse a cualquier estilo, desde el rock sinfónico de sus inicios al punk o la música experimental que trabajaba últimamente, y de la música celta al flamenco, al que se entregaba con pasión, ya fuera en recitales como solista o acompañando a cantaores. Asiduo del circuito granadino desde muy joven, fue miembro fundador de grupos legendarios del folk céltico granadino como Celtas Triple Filtro o Supervivientes, pero también pionero de la fusión flamenca con otras músicas en Mandanga, banda que fusionaba ritmos afro-caribeños con rumba andaluza, y de la que fue igualmente fundador, en Caldererías, también de flamenco-fusión o en Fajalau Fusión, grupo de esencia arábigo-andalusí. Otras formaciones en las que militó fueron Shuka (música magrebí), Thirly (música bereber) y últimamente, en lo que suponía una vuelta al rock con el que creció, Xanataun, con quienes tocó en la edición de 2013 del Zaidín Rock.