"Farruco era un mito en vida"
La hija del genial bailaor asegura encontrarse en un momento artístico clave en su trayectoria
Honra la memoria de su padre Farruco a cada instante con recuerdos y palabras que tiene siempre presentes. Rosario Montoya, la Farruca, madre de Farruquito, Farru, El Carpetas y Alegría, es una bailaora de raza, de tronío, todo un portento que hace vibrar al público más difícil. Debajo del escenario, la Farruca se descubre como una gran madre, enamorada de sus hijos, que son, según dice, "su vida". Sincera, de mirada profunda y gesto amable, esta bailaora sevillana asegura encontrarse en un momento artístico 'clave' en su vida.
-¿Volvió a bailar por necesidad?
-Me hice creer a mí misma que no quería volver a bailar, aunque el baile era parte de mi vida, pero a mí me necesitaba mi hijo, y yo lo necesitaba a él. Un día me dijo "tú no eres Farruca hasta que tu no te quites el luto y te vengas conmigo a bailar", y le pedí a mis dioses que si no tenían inconveniente que volviera a los escenarios, me lo pusieran en el camino. Y hoy les doy las gracias.
-Qué filosofía hay ahí...
-El baile me ha ayudado a seguir en momentos muy difíciles, es parte de mi vida, lo he dicho en muchas entrevistas, hay una parte muy grande en mi corazón para el baile. Empecé con 13 años, y mis cuatro hijos han bailado dentro de mí.
- ¿Ser hija de Farruco tiene ventajas o inconvenientes?
-Nosotros en mi familia los que nos dedicamos al arte, que somos muchos, nos lo hemos currado. Mi padre era un mito en vida, no ha nacido todavía nadie para descalzar a ese genio.
-Farruca su mirada nos cautiva, cuando la vemos en escena nos preguntamos a dónde transporta esa mirada.
-Lo veo todo y no veo nada. Veo más allá. No sé. Es una cosa tan personal y tan mía, que lo único que te puedo decir que cuando salgo a las tablas, sé que hay un público pero no me acuerdo nunca, me meto a bailar a ritmo, me concentro y no escucho nada, ni veo nada. Me decía mi padre a veces "¡qué te vas a caer!" y yo le decía "Papá, que estoy tan metida en mí que no veo".
-¿De Farruca a Faraona y tiro por que me toca?
-(Risas) Veníamos de hacer un espectáculo precioso con Angelita Vargas, Carmelilla, Juana la del Revuelo, mi hermana Faraona y varias artistas más, un espectáculo muy bonito que, por su caché tan elevado no tuvo tantas galas, y se me ocurrió que teníamos que volver a bailar mi hermana y yo, como hacíamos cuando íbamos con nuestro padre. Con la Faraona me cuesta bailar, es muy distinta a mí, lo digo y lo diré siempre, pero me motiva mucho.
-Y pasó de ser la hija de Farruco a ser la madre de Farruquito.
-Mira, yo tengo escrito un poema que dice "mi Alegría me da la vida, Mi Manuel, el amor, Mi Farru es mi cascabel, y mi Juan es mi dolor". Estoy muy orgullosa de mis hijos, por lo que son arriba y debajo del escenario. Mi Juan (Farruquito) es mi columna vertebral, lo que me sostiene.
-¿Qué nos puede contar del Carpetas?
-Dicen que cada no sé cuántos años nace un niño prodigio, y éste ha cogido todo el prodigio, y los ha reventado y los ha batido a todos. El que mejor baila por bulerías de España entera se llama Manuel Fernández Montoya. El día de mañana va a sorprender al mundo, el tiempo lo dirá.
- Decía un cantaor que lo bueno que tenía el flamenco es que a las adversidades se les puede sacar partido artístico.
-Yo he tenido momentos fuertes, que no quiero ni recordar, pero sí es verdad que yo estoy en un momento artístico clave, porque todo eso que tengo por dentro, lo puedo expresar, con muchas ganas, con mucha fuerza.
-¿Qué es lo que le da la fuerza, Farruca?
-El amor... Pero no sabría decirte, porque el amor es muy grande, el amor entre amigos, entre familiares, el amor a los hijos... Amor se le puede tener hasta a un traje, yo he tenido ropas por las que sentido amor. Pero el amor que cambió mi vida, que me hizo madre, está siempre ahí presente y conmigo se va a morir. Ahora parece que lo estoy asimilando un poquito después de todas las vueltas que ha dado mi cabeza.
-¿Qué espera a estas alturas del flamenco?
-A decir verdad, lo que espero es que perdure. Es un arte muy grande, siempre estás aprendiendo. Nunca te acuestes y digas ya he terminado por hoy, porque nunca se termina, esto no es como una carrera o un examen.
-Ahora con internet todos los aficionados pueden ver una fiesta privada de los Farrucos sin salir de casa...
-(Risas) Ahora tienes que tener cuidado hasta en cómo te ríes porque cuando menos te lo esperas te graban y te cuelgan en internet. Yo de todo esto lo que digo que por lo menos ahí verá el público que nosotros somos en el escenario como si estuviéramos en casa, bailamos para nosotros, y eso es lo que trasmite.
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