Juan Manuel Fernández 'Farruquito' cumplirá 30 años en agosto y lo hará ya, muy probablemente, con su primer hijo en los brazos, una responsabilidad que le tiene tan "loco" de emoción como la que quiere transmitir con su vuelta a la Gran Vía a partir del día 5. Será, promete, "un nuevo espectáculo" cada noche.
El verdadero bailaor es el que manda en el escenario, le decía el mítico Farruco a su nieto, con el que debutó con solo 5 años en Broadway, por eso él hace valer sus credenciales de patrón cada noche creando in situ el 80% del espectáculo, algo que, admite entre risas en una entrevista, pone de los nervios a sus músicos pero que les mantiene "muy pero que muy atentos".
"Es una hora y media en la que no piensas en otra cosa. Te evades y lo que haces en ese momento, la combinación de momentos, de entradas y salidas, es irrepetible", tanto que, revela, se graba cada noche para ver "lo que ha hecho".
Dibuja con sus pies y sus manos improvisadas flores en el aire, como dice el cante de las bodas gitanas: "termino un remate y empiezo a buscar en mi 'biblioteca'" y si no encuentra lo que busca lo "pinta" de nuevas.
"Improvisar cuando tienes un guion, como los actores, es poner en peligro el trabajo de los demás. Yo estoy solo, creando, y el flamenco no son matemáticas. No podría hacer cada noche lo mismo. Sería muy aburrido", dice. Llega al punto de que poco antes del espectáculo les dice a sus músicos, "vamos a ensayar", marcan lo que va a hacer y luego sale al escenario y hace algo completamente diferente.
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