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Farruquito: "El único foco que me interesa es nuestra luz interior"

  • El bailoaor sevillano presenta el 17 de octubre 'Puro' en el Palacio de Congresos de Granada. "No pretendo nada, sólo tener libertad escénica y musical, improvisar", afirma el heredero de Farruco

Que nadie espere ver a Farruquito bailando dentro de una ataúd como su paisano Israel Galván hace unos días en la Bienal de Sevilla. En el mismo ciclo, el nieto de Farruco presentó Puro, un espectáculo que desembarca el próximo 17 de octubre en el Palacio de Congresos y que ayer presentó en la ciudad el propio bailaor, con más de una semana de antelación. La improvisación la deja para el escenario. Fuera de él se conduce con modestia. "No pretendo nada, sólo tener libertad escénica y musical, improvisar", afirma Farruquito.

El espectáculo supone la emancipación artística del bailaor, que hasta ahora siempre se había hecho acompañar de algún miembro de su familia. Y lo hace con 27 años y sin hipotecas. "Lo he concebido como yo siento el flamenco, dejando espacio a los músicos para que tengan su momento, su espacio, su sitio, que hagan sus aportaciones", afirma Juan Manuel Fernández Montoya en su regreso a los escenarios, lo que le ha valido frases como "Farruquito reinventa la pureza". Él lo define como una mezcla de "sangre y naturalidad". "Es el espectáculo con más sentido de los que he hecho hasta ahora y fue mi propia familia la que insistió en que bailara en solitario", insiste el artista. De hecho, su propio hermano, Farruco, le confesó tener ganas de sentarse en el patio de butacas "para ver este espectáculo tan suyo".

Para Farruquito, Puro "es un reto muy personal porque bailo desde el principio hasta el final y me quedo con ganas de seguir", dice con ojos ilusionados. Aquí pone la apostilla su productor, el barítono Óscar Martos. "Después del espectáculo sigue la fiesta y ojalá pudiera la gente ver a la familia cantando y bailando, algo único". Farruquito asiente. "Para mí no es un trabajo salir al escenario y me da mucha pena terminar porque se me hacen muy cortos los 85 minutos que dura la actuación", continúa el bailaor vestido con un chaleco vaquero "más apropiado para montar a caballo que para bailar".

Respecto al flamenco de Granada, Farruquito afirma que "es una tierra donde se ven y se palpan los orígenes del flamenco". "Yo soy aficionado ante todo", declara para dar testimonio de su mundología a continuación. "Podemos estar en Hollywood, con la mejor iluminación del mundo, pero el único foco que me interesa es la luz interior". También declara su admiración por el bailaor granadino Manolete, uno de sus profesores más determinantes -aparte de la genética de su abuelo Farruco-. "Me gustan hasta sus andares, cómo te saluda, cómo te abraza... Me gustaría, como aficionado, poder verlo cada semana en los mejores escenarios del mundo porque debería estar en la cumbre del flamenco, junto a los grandes".

Por su parte, el cantaor granadino Juan Pinilla, que estuvo en el acto en calidad de presentador, amigo y rendido admirador, dice de Farruquito que "es el único exponente de la verdad del flamenco, un hombre que no se vende, que respeta este arte milenario que nos han legado nuestros mayores, el artista que más verdad lleva en la sangre, un hombre que pasará a la historia del flamenco como su abuelo Farruco". Y el aludido, tímido pese a todo, recibe el 'piropeo' con sentido del humor. "¿Te puedo contratar como manager?", dice para poner rumbo de nuevo a Sevilla.

Antes, en el posado final, regala poses a los fotógrafos.- Y no le cuesta. Es asiduo de los escenarios y de las pasarelas de moda como modelo. "Este sí chanela", concluye refiriñendose al encuadre de uno de los fotógrafos.

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