La Orquesta Filarmónica de la Scala de Milán se encarga esta noche de poner el broche final al ciclo sinfónico del Festival de Música y Danza de Granada, dejando paso al flamenco y despidiendo hasta el año que viene a la música clásica y las grandes orquestas. Christoph Eschenbach será el encargado de dirigir esta formación, fundada por Claudio Abbado en 1982, y conducida durante 20 años por Ricardo Mutti.

Eschenbach, director titular de la Orquesta de Washington DC, dirigirá un programacompuesto por el Concierto para violín y orquesta en Re Mayor de Beethoven y la Sinfonía número 4 de Tchaikovsky. El concierto de Beethoven tendrá como violín solista a Michael Barenboim, que ya ha sido concertino y solista de esta orquesta, de la cual ostenta a día de hoy la titularidad su padre, el insigne Daniel Barenboim.

Michael Barenboim destaca por su talento innato y una versatilidad encomiable. Actúa con frecuencia como músico de cámara y se ha hecho fuerte como intérprete de música contemporánea, pero también es reclamado por orquestas y directores del prestigio de la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Viena, Pierre Boulez o Zubin Mehta.

Christoph Eschenbach, el director, no visita por primera vez los Festivales de Granada. Ya estuvo aquí hace dos años dirigiendo la Orquesta del Festival de Schleswig-Holstein junto al coro de la OCG.

Con este concierto, el Festival cierra su ciclo sinfónico de este año, por el que han desfilado importantes formaciones orquestales de prestigio nacional e internacional. Si bien el concierto de Gatti y la Orquesta Nacional de Francia pasó sin pena ni gloria, la Consagración de la Primavera y el Concierto para violín de Tchaikovsky de la ONE bajo la batuta de Fedoseyev y con la presencia de Arabella Steinbacher dejaron grandes momentos. También el Réquiem de Mozart que interpretó la OCG junto al coro The Sixteen cosechó un éxito considerable en el Festival, que cerrará esta noche por todo lo alto.