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Francisco Acuyo rescata del tiempo 'Los principios del tigre'

  • El poeta presenta en Granada la segunda edición de su poemario, que ya en el año 1997 consiguió el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya

"Siempre he pensado que la vida y la poesía van cogidas de la mano". Así define Francisco Acuyo Donaire su filosofía de lo que es la escritura poética: el material que está extraído de la propia existencia. Un material que se refleja en su libro Los principios del tigre, cuya segunda edición fue presentada en Granada el pasado viernes y que demuestra que un buen libro puede defenderse con uñas y dientes ante el paso del tiempo. La primera edición, que mereció el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya, es de 1997. Ahora, tantos años después, regresa a la vida.

"Para mí fue una enorme alegría que una editorial como Polibea quisiera sacar ahora una segunda edición del libro", comenta Acuyo Donaire. "El libro, en su momento, obtuvo el Premio Celaya y se agotó muy rápido. En poesía es muy raro que se reediten los libros. Esta nueva edición presenta como novedades un poema inédito mío, que aparece al final, y un prólogo introductorio que la firma me pidió".

La temática de Los principios del tigre gira en torno al proceso creativo. "El tigre no es sino una metáfora o una excusa literaria para tratar que tienen mucho que ver con el proceso de creatividad", explica el poeta. "La figura del tigre es tan fascinante que me pareció un elemento de extraordinaria importancia desde el principio. El título, además, cae en una profunda contradicción: los principios de una fiera que no tiene principios. Lo que quiero tratar ahí es es el impulso que mueve al creador, porque un creador no se mueve nunca por principios racionalistas".

¿Y que es lo que impulsa a uno a sentarse y escribir un poema. Francisco Acuyo se lo piensa un instante: "Es algo que aún está debatiéndose todavía. Crear es un misterio profundo que está vinculado a la vida misma. El poeta se deja llevar por un extraño impulso creativo y escribe sobre las cosas más diversas. Siempre he pensado que la vida y la poesía van cogidas de la mano".

Muchos autores creen que en el mundo de la creación operan dos principios: el del juego artístico y el de la necesidad de transcendencia del ser humano. "Sí, yo estoy de acuerdo", dice Acuyo Donaire. "Yo soy de la opinión de que el ejercicio creativo es transcender las propias limitaciones que están en el proceso existencial. Nuestros días están contados. La creación transciende nuestra mortalidad. No entiendo cómo hay ciertos sectores literarios que rechazan uno de los fundamentos del proceso creativo. A cualquiera que haga poesía, eso es lo que lo motivo. Por otra parte, el juego es importantísimo. El juego llena cualquier forma de expresión literaria, porque crear es precisamente jugar con el lenguaje".

Éste es el libro número 12 en la carrera poética de Francisco Acuyo, que tiene en su haber títulos como No la flor para la guerra o Pan y leche para niños y que comenzó a publicar en 1984. Hoy muy pocos poetas pueden dedicarse exclusivamente a su literatura y muchos tienen que conformarse con considerarlo como un hobby. El poeta no está de acuerdo con esa idea. "Yo conozco a muy pocos poetas que puedan vivir de su obra, pero decir que la poesía es un hobby me parece algo excesivo. Es una vocación. Hoy día, en este género literario es muy difícil sobrevivir. Quizá algún poeta, ya después de muchos años, en su vejez, pueda dedicarse a hablar de su obra o dar conferencias, como pudiera haber sido el caso de José Hierro. Pero son muy pocos los que pueden dedicarse exclusivamente a la poesía".

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