Granada y su patrimonio inmaterial
A principios del siglo XX, en torno al famoso concurso de 1922 que organizaron García Lorca y Manuel de Falla, la ciudad fue capital intelectual del flamenco
El flamenco ya es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Su historia en Granada es apasionante y a la vez frustrante. Emotivo recorrido a caballo entre lo desconocido y poco profundizado, y toda la mitología de nombres, lugares y música que ha trascendido hasta nuestros días. Aunque a principios del siglo XX, en torno al famoso concurso de 1922, Granada fue capital intelectual del flamenco, no surgió en los años de la génesis de este arte, entre su diversidad letrada, ni verdaderos estudiosos de la materia, ni autores comprometidos con el flamenco.
Las primeras referencias de la aparición de la música jonda en esta ciudad, nos vienen dadas de un lado, por escritores foráneos, de otro, en bellos retratos escritos que realizarían los viajeros románticos atraídos aquí al calor de las obras de Washington Irving y, por último, aunque muy vagamente, por las referencias periodísticas que encontramos en las hemerotecas de aquellos remotos diarios. Nos hemos situado forzosamente, y ante la falta de documentación que acredite algún aspecto importante anterior, a principios del siglo XIX.
Granada, como último reducto de la presencia musulmana en nuestra península, desde el histórico 711 hasta 1492, a sabiendas de los estudios musicales que hay publicados hasta la fecha, de la importancia cultural del legado musulmán en nuestra música, es forzosamente, aunque no se haya profundizado en este aspecto, una ciudad crucial en el mundo del flamenco por lo que supuso en la aportación de los cantes heredados y su paulatina conversión en estilos flamencos.
Si bien Francisco Cabrero, en su obra Granada enclave de flamenco nos dice que la primera referencia que aparece en Granada sobre flamenco fue en un informe de la Real Chancillería fechado el 4 de noviembre de 1783 donde dice literalmente "describir como la más picante diversión, las cantinelas de los gitanos que se escuchan en los teatros públicos granadinos" no es hasta principios del siglo XIX cuando encontramos una presencia más notoria del flamenco en la prensa granadina.
Curro Albayzín, el principal investigador del flamenco en el Sacromonte y al que se le debe una parte indispensable del conocimiento que hay en torno a los cantes y bailes que surgieron de las cuevas de los gitanos y de los que se hicieron eco Gautier, Alejandro Dumas, Merimée o Davillier, entre otros, nos cuenta que en Granada surge "la primera coreografía flamenca", en referencia al conjunto de bailes y cantes documentados que se realizaban en las primitivas zambras, como la de Cujón, en 1850, primera zambra conocida en la historia del flamenco y que aparece situada en la Plaza del Humilladero.
Nombres históricos
Nombres míticos de lugares flamencos de la historia granadina han sido, a parte del Sacromonte y el Albayzín, la taberna de los 'Siete Suelos', situada en el conjunto monumental de la Alhambra, donde cuentan las referencias históricas que subían los gitanos del Sacromonte a realizar actuaciones contratados por gente adinerada o algún viajero romántico, como es el caso de Dumas.
Los Cafés cantantes que florecieron a mediados del siglo XIX en toda Andalucía también surgieron tímidamente en Granada, siendo el primero el que aparece en la plaza de la Mariana, en el antiguo Café Granadino. Con la aparición de los cafés cantantes, las ya afianzadas zambras del Sacromonte, Granada toma un peso flamenco considerable. Empiezan a aparecer las primeras notas en prensa de actuaciones de 'canto andaluz' exportadas, como es la de Silverio Franconetti, el gran Silverio, que ha pasado a la historia por ser 'el más grande cantaor de todos los tiempos'.
Paralelamente, al igual que ocurrió en toda España, surgen los primeros antiflamenquistas, de la Generación del 98, encabezados por Ortega y Gasset. El escritor más feroz en contra del flamenco que tuvo Granada, fue Francisco de Paula Valladar, quien criticó con mordacidad la representación que de Granada iban a hacer los 'Amayas' en la Expo de Paris.
Entre tanta disidencia flamenca, un autor de no poco renombre de esta generación, Unamuno, se declara abiertamente pro flamenco y publica, con motivo de una visita a Granada, el siguiente poema en el que dice que "con el cante Jondo gitano, tienes que arrasar la Alhambra".
Siglo XX
Ya en 1900 nos encontramos con la citada presencia de la zambra de Los Amaya (fundadores de las zambras en el Sacromonte). Los primeros años de este siglo iban a dar importantes nombres al mundo del flamenco en Andalucía, y el flamenco iba a ser centro de atención de músicos de toda Europa. En 1919 el ballet ruso de Sergei Diaghilev incorporó a su actuación en el Alhambra Theater de Londres, artistas flamencos, para representar El Sombrero de Tres Picos de Manuel de Falla.
Será el músico gaditano, granadino de adopción, Manuel de Falla quien, enamorado desde su infancia de la música flamenca, pretende hacer llegar a los músicos europeos la importancia de este arte. Así contacta con Debussy, el máximo representante del impresionismo naturalista, y con músicos de toda Europa que se interesan por el canto andaluz y dedican estudios y artículos a esta música.
Pero será 1922 un año crucial para el flamenco y para Granada. El conocido Concurso de 1922 que capitanearían Federico García Lorca y Manuel de Falla, supuso un antes y un después. Es uno de los eventos flamencos de la historia más documentados y estudiados por los analistas. Si bien no permitió inscribirse a los artistas profesionales de la época (aspecto más criticado), del mismo salieron El Tenazas de Morón y el joven Manolo Caracol, como ganadores.
La importancia de este concurso residió en su eco mediático y en el arrope intelectual que tuvo por parte de nombres tan destacados como Ramón Gómez de la Serna (presentador del concurso en las noches de su celebración), Juan Ramón Jiménez, Manuel Ángeles Ortiz, Pérez de Ayala, Joaquín Turina, Andrés Segovia, y un largo etcétera.
La Taberna del Polinario, regentada por el padre del guitarrista Ángel Barrios, es otro de los lugares mitológicos de la Granada flamenca, y sede de la gestación de este concurso. La sociedad granadina se llegó a dividir entre partidarios y detractores del evento flamenco y, a pesar de tantas trabas, los días 13 y 14 de junio de 1922 fueron dos fechas claves para la historia, consiguiendo reunir a más de cuatro mil personas, obteniendo beneficios que superaron con mucho las tan criticadas subvenciones del Ayuntamiento y pasando a formar parte de la historia con letras mayúsculas.
De la ópera flamenca a nuestros días
Los años sucesivos y tras la guerra civil, llamados de La Ópera Flamenca, trajeron importantes espectáculos a Granada, a su plaza de Toros, como cuenta José Guardia en su libro La Ópera Flamenca en Granada, principalmente, y en los mismos actuaron nombres granadinos como La Gazpacha, cantaora sacromontana, igualmente premiada en el Concurso del 22.
Las zambras, estaban en su pleno apogeo. Granada atraía tanto turismo por la Alhambra como por el Sacromonte, y así, pasaron por las cuevas de los gitanos, nombres importantes del Hollywood de aquellos años 50 y 60, algunos de los cuales se pueden ver en las fotografías que todavía hoy se conservan en las Zambras. La de Los Amayas, La Rocío, La de Bitirili, la de la Faraona o la de María la Canastera, fueron algunas de las más conocidas y de donde salió la generación más importante de artistas de la historia granadina: Juanillo 'El Gitano', Los Habichuela, Mario Maya, Manolete, Juan Maya 'Marote', Mariquilla, Curro Albayzín, Angustias 'la Mona', María 'La Coneja', Tere Maya, La Lili, Tony Maya, y un largo etcétera.
Otro hecho destacado en la historia sería la aparición de la Peña de La Platería. Documentada desde 1949, año en que por primera vez se reunieron destacados aficionados granadinos en torno al taller de plata que regentaba Manuel Salamanca, lo que la convierte en la 'decana' de cuantas existen, hasta 1970, año en que Martín Liñán sitúa definitivamente esta peña en el que es su enclave actual 'Placeta de Toqueros', corazón del Albayzín, los plateros se hicieron notar en la sociedad granadina, especialmente en los festivales flamencos, siendo por entonces el más importante el Festival Flamenco del Paseo de los Tristes, donde hacían de jueces entre el público, y en las casetas que se organizaban para la festividad del Corpus.
La Peña de La Platería goza de un gran prestigio y sus socios fundadores son considerados como grandes entendidos en la materia: José Delgado Olmos (autor de varias obras flamencas), Miguel Ángel González (destacado crítico de flamenco), Antonio Lastra, Felix Ruiz, Antonio Gallegos y el cantaor Curro Andrés, que conserva el número 2 como socio fundador de esta entidad, son algunos de los nombres más importantes de esta peña.
No podemos pasar de largo el nombre de Molina Fajardo, un destacado autor granadino que profundizó por primera vez en la historia del flamenco en nuestra ciudad y al que le debemos muchos datos históricos y entrevistas a personajes flamencos granadinos que han arrojado luz sobre las sombras del pasado.
Actualidad
El legado sacromontano y albayzinero está impregnado en la cultura flamenca granadina. Entre los bailaores se cultivan las formas que surgieron de las cuevas de Granada, y entre los tocaores, surge lo que se llama 'la escuela granadina', que aúna la capacidad rítmica del acompañamiento al baile en las zambras y esa sensibilidad especial, que desde los Ovejillas hasta los Habichuelas, pasando por la 'largura' musical de Manuel Cano, se ha ido forjando en pro del acompañamiento al cante, y cuyos más fidedignos seguidores son en la actualidad Paco y Miguel Ángel Cortés y Miguel Ochando, entre los más conocidos.
En cuanto al cante flamenco, Enrique Morente está considerado el cantaor más importante de la actualidad. Parte de su obra está inspirada en los cantes flamencos del Sacromonte, como se pone de manifiesto entre su conocida versión Aunque es de noche de San Juan de la Cruz y la Salve Gitana.
De la generación anterior podemos destacar a Cobitos, Manuel Ávila, Manolo 'El Ruso', Vitorino de Pinos, Miguel Mariscal, Pepe Albayzín, Curro Andrés, Curro Albayzín, Manolo Osuna, Niño de las Almendras, Rafalín Habichuela, José Manuel Cano, Paco y Miguel Ángel Cortés, Miguel Ochando, Chiquito de Osuna, Angustias La Mona, Tony Maya, El Polaco, el añorado Antonio Cuevas 'El Piki', Chanquete, Ataulfo Granada, etcétera.
Eva la Yerbabuena, Estrella Morente, Marina Heredia, Juan Andrés Maya y Manuel Liñán, entre la que también destacamos a La Moneta, Patricia Guerrero, el desaparecido Víctor 'Charico', Luis Mariano, David Carmona, La Nitra, Chonchi Heredia, Juan Habichuela 'nieto', Sergio 'El Colorao', Ana Calí, Alfredo Mesa, Marcos Palometas, Iván Vargas, Anabel Moreno, Ana Mochón, Iván Centenillo y Gema Caballero, como algunos de los nombres de la actualidad flamenca.
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