El viajero apasionado

Granada submarina

  • Los rincones de mayor belleza sumergidos en el litoral granadino son un aliciente más para aquellos amantes de las profundidades y la fauna y flora marina. La Rijana y La Huerta se convierten en puntos de referencia en la zona este de la Costa Tropical

Cuando Sergio López y José María Moreno se encontraron no sólo les unió su pasión por el buceo sino que empezó a gestarse una forma de divulgar los tesoros escondidos del litoral granadino. El uno, un submarinista profesional y, el otro, incipiente además de experto informático, pusieron en marcha www.granadasubmarina.com, una página web que propone diversas rutas para bucear en una zona muy rica en sus fondos. El autor, López y el técnico que la ha hecho posible, destacan que "hay un mundo ahí debajo que muchas personas ni se imaginan, creen que tan sólo hay arena". Moreno añade: "Es curioso cómo cuando sales y miras a tu alrededor hay multitud de personas que desconocen que a su alrededor hay un pulpo o una gambilla y que pasan totalmente desapercibidos".

Entre 44 rutas, destacan por su singular belleza: La Huerta, Punta de la Mona o la Rijana.

La Huerta está ubicada en el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo. Para llegar a este punto será imprescindible el uso de una embarcación, según se detalla. Por tratarse de una inmersión que se realiza dentro de un paraje natural es necesario disponer de una autorización que permita bucear dentro del mismo. Ésta se puede conseguir en la Consejería de Medio Ambiente o bien saliendo con algún centro de buceo de la zona. La profundidad máxima será de 21 metros y la media rondará los 16 a 18 metros.

Punta de la Mona alberga "un coral que no lo hay en ningún otro sitio", señala Sergio López, que cuenta con más de 2.500 inmersiones en distintas partes del mundo. La ruta parte en la punta localizada más hacia el Este de todo este acantilado, vista desde el mar. Es emblemática y destaca por la diversidad y riqueza de sus fondos.

Se trata de la inmersión más profunda que se puede hacer sobre fondo rocoso a lo largo de todo el litoral de la costa. Por esta razón es necesario el uso de una embarcación para realizarla. Esta completamente desaconsejado intentar realizarla saliendo desde la playa. Una vez fondeados, se inicia el descenso pudiendo tomar varias rutas alternativas. La más fácil es seguir el perfil roca: arena a lo largo de una gran pendiente hasta llegar a la profundidad de 42 metros donde gira hacia la derecha y hay restos de redes abandonadas y se puede proseguir hasta llegar a una piedra separada del acantilado a unos metros llamada la piedra de la brótola situada a 48 metros de profundidad, donde hay que dar la vuelta, deshacer el camino nadado y volver por donde se ha venido.

La otra opción es coger una pequeña bifurcación situada a 25 metros de profundidad hasta llegar a una garganta entre bloques de grandes dimensiones. A 37 metros hay una pequeña meseta y a su derecha otra gran grieta al pie de una gran piedra que podemos seguir y que nos conducirá al pie del acantilado a 46 o 48 metros de profundidad. Hay que tener mucha precaución con los tiempos de descompresión y el consumo de aire. Es una zona donde puede haber corriente y llegar a ser muy fuerte.

Una de las inmersiones más representativas de la Costa Tropical es, sin duda, la Rijana, cuyo nombre original proviene de los árabes (Arraijana). Esta bonita cala era utilizada por las embarcaciones para hacer aguadas. Aún se conservan los restos arqueológicos de la torre vigía, llamada Torre del Condenado, y el aljibe. Situada entre las localidades de Calahonda y Castell de Ferro, se ha prohibido recientemente su acceso con coche hasta la playa, habiéndose habilitado unos aparcamientos junto a la carretera N -340.

Este bello paraje presenta una protección natural a ambos lados gracias a los acantilados que la rodean. La ruta, en este caso, discurrirá por la parte Este, llamada punta del condenado por encontrarse la torre del mismo nombre en su cima, que es a juicio de los expertos, la más interesante. Con una profundidad máxima de 16 metros, lo primero que llama la atención es la explosión de colores que atesoran sus paredes tapizadas por Astroides caycularis y Parazoanthus axinallae. Abundan las grietas y túneles. Con aguas claras, se puede contemplar toda su orografía en forma de sierra si existe una separación del acantilado.

También se puede realizar una inmersión por su zona de poniente, que está indicada para los días en los que sopla el fuerte viento poniente, ya que se encuentra mas protegida por el acantilado. No obstante, esta parte no es tan interesante como la parte de levante.

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