Hace 70 años se estrenaba 'Casablanca'
La película cumple décadas con la etiqueta de ser la mejor de la historia
Gregor Tholl (Dpa)/NUEVA YORK
Es una de las películas más conocidas y tal vez incluso la mejor de la historia del cine: Casablanca, con Humphrey Bogart interpretando a Rick Blaine e Ingrid Bergman a Ilsa Lund. Aún cuando nadie sabe a ciencia cierta por qué esta cinta, en parte dirigida sin demasiado esmero por Michael Curtiz, y a la que muchos consideran una cursilería ilógica al verla por primera vez, pudo causar tal efecto mágico. De alguna manera Casablanca es y sigue siendo la película de las películas.
Una tesis convincente dice que el melodrama antinazi, que fue estrenado el 26 de noviembre de 1942 en Nueva York, antes de llegar a los cines estadounidenses el 23 de enero de 1943, es la esencia de todos los films románticos imaginables. Está lleno de lugares comunes, pero justamente por ese motivo es citada como ejemplo.
Y siete décadas después, la película distinguida con tres Oscar, sigue dando la impresión de que todos los films cursis de antes y después se fundieron en éste. "Tócala, Sam. En recuerdo de aquel tiempo", dice una de las citas más famosas y no "Tócala de nuevo, Sam", como muchos creen. Ilsa dice esta frase cuando inesperadamente llega al Rick's Café Americain en Casablanca junto con su esposo Victor Laszlo (Paul Henreid) y vuelve a encontrarse con el pianista Sam (Dooley Wilson), un buen amigo y acompañante de Rick.
Y ese "tiempo" que ella quiere recordar es, por supuesto, París, la ciudad del amor, en la que Ilsa y Rick tuvieron un romance en el verano de 1940, poco antes de que los nazis ocuparan la capital de Francia. Eso ocurrió en un momento en el que Ilsa pensaba que su marido, el militante antinazi Laszlo, había muerto.
En cursis flashbacks, el espectador se entera cómo fue el pasado, cómo se enamoraron Ilsa y Rick en los últimos días previos a la ocupación de los alemanes ("Lo acordamos: sin preguntas").
De forma romántica se pronuncia también la frase que casi todos conocen y que Bogart dice cuatro veces en la película: "Te miro a los ojos, pequeña". La ciudad Casablanca, que le da el título a la cinta, es embellecida para la película, que se desarrolla a fines de 1941, convirtiéndose en un campo de acción para emigrantes de la cerrada Europa, quienes quieren llegar al gran puerto de Lisboa, para trasladarse de allí a América. Pero el trasfondo histórico fue modificado un poco. Tánger, en Marruecos, es más parecido a lo que en la cinta se describe como Casablanca. El bar del hotel Al Minzah de Tánger era un refugio, de manera similar a Rick's Café en la película.
Sin embargo, esto no fue un obstáculo para la estadounidense Kathy Krieger, quien hace unos años inauguró en el centro de Casablanca el Rick's Café. Es decir que la pantalla grande se convirtió, por así decir, en un elegante local. Pero volviendo a la película: sólo durante el transcurso de los alrededor de 100 minutos se entiende por qué la canción As Time Goes By causa tanta melancolía a los implicados ("You must remember this/A kiss is just a kiss/A sigh is just a sigh...").
Hasta el cínico Rick de Casablanca, representado por Humphrey Bogart, quien parece fundirse con el papel, tiene su corazoncito y un lado patéticamente blando. Y al final se supera a sí mismo. Pero antes hay maravillosos diálogos estrambóticos con Bogart, como por ejemplo: "¿De qué nacionalidad es usted?" Respuesta: "Soy bebedor".
"¿Dónde estuviste la noche pasada?" Respuesta: "Fue hace tanto tiempo, no lo recuerdo". "¿Nos vemos esta noche?" Respuesta: "Nunca hago planes a tan largo plazo". Primero, Rick se autocompadece cuando ve entrar a Ilsa y se lamenta de que ella de todos los bares de mala del mundo justo entre en el suyo. Pero al final no elige la venganza o la envidia, sino que pone a disposición de Ilsa y su marido el visado de tránsito impagable, seguro, para que ambos como pareja puedan seguir luchando por la buena causa. Hay cosas más importantes que el amor. O, más bien, el amor más grande es aquél que no se corresponde nunca (del todo). Y algo más: la película es un canto a la amistad, porque Rick se queda en Marruecos, con el jefe de policía corrupto Louis Renault (Claude Rains). "Louis, creo que esto es el comienzo de una maravillosa amistad", le dice.
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