Historia de la Acequia Real

Un investigador presenta un estudio sobre el sistema hidráulico de la Alhambra que fue único en su momento y que ahora se encuentra al borde de la desaparición por la despreocupación institucional.

Juan Antonio Vilar, ayer, con su libro.
Juan Antonio Vilar, ayer, con su libro.
Jesús Arias / Granada

23 de abril 2012 - 05:00

Hay patrimonios históricos de Granada que siguen muriéndose. Y ninguna institución parece alzarse en su defensa. Ése es el caso de la Acequia Real de la Alhambra, que durante siglos no sólo fue la columna vertebral hidráulica del recinto nazarí, sino de gran parte de toda Granada. El historiador Juan Antonio Vilar presentó ayer en la Feria del Libro su estudio La Acequia Real de la Alhambra, que no es sólo un trabajo académico de primer orden, sino un grito desesperado en defensa de un sistema de abastecimiento que era único.

"La idea de este libro era, en principio, una colaboración de los Cuadernos de la Alhambra, pero salió tanta documentación que desde el Patronato del monumento decidieron que fuera un libro", comenta Vilar.

El historiador y guía e intérprete de la Alhambra analiza la Acequia Real desde los tiempos de la Reconquista por los Reyes Católicos. "Los cristianos no dominaban en absoluto el sistema hidráulico de la Alhambra, por lo que los cargos que estaban al cuidado de la Acequia eran musulmanes en un principio. La Acequia era la gran columna vertebral de toda la Alhambra. Su agua procedía del río Darro y venía desde Jesús del Valle", explica. "Pasaba por Valparaíso, atravesaba la Colina del Mauror y llegaba hasta el Realejo. Quienes la construyeron, decidieron que el canal no tuviera un gradiente excesivo para hacer subir el agua a la Alhambra mientras el río iba descendiendo".

Era tal su importancia que había una legislación particular para la Acequia Real. Una ordenanzas reales obligaban a todos los que se abastecían del agua del canal a realizar anualmente una gran limpieza. Y así fue durante siglos. "Hasta que Gallego Burín instaló el agua potable en Granada. Fue cuando la Acequia Real cayó en desuso. Poco a poco fue perdiendo estructuras, empezaron a destrozarse partes por las construcciones", diceVilar. "Y todo eso, cuando lo que más impresionaba a los visitantes de Granada era su sistema de acequias. Hay que tener en cuenta que, hasta entonces, cada casa tenía agua propia".

"La Acequia Real se ha deteriorado mucho", añade. "Durante la época de Mateo Revilla, se restauraron algunas cosas, pero no todas". El gran problema que sufre ahora la Acequia es el hecho de que los pueblos que están por encima de ella, como Huétor Santillán o Beas de Granada arrojan sus vertidos al río Darro. Esos vertidos luego pasan a la Acequia Real y de ahí a los conductos de la Alhambra. "No hay más que pasearse por la Alhambra en los meses de verano como para ver residuos orgánicos en ciertos canales. Los niños, atraídos por el agua, suelen jugar con ella y eso provoca luego muchas enfermedades. Habría que obligar a esos pueblos a que depurasen sus vertidos para que el agua que llegue a la Alhambra esté totalmente limpia".

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