Historias de pensamiento, de diálogo y sosiego

Gregorio Marañón Bertrán de Lis, nieto del ilustre científico y humanista, presentó anoche su libro Memorias del Cigarral en el Café Palacio del Teatro Real de Madrid; un escenario que simboliza la cultura española y cuyo aforo completo rebosaba de amigos, personalidades culturales y políticas, empresarios, fotógrafos y periodistas que fueron testigos del orgullo y cariño con que el autor presentó la historia de una de las fincas claves del pensamiento español.

Jaime Carvajal de Urquijo, Luis María Ansón, Eduardo Zaplana, el Duque de Alba o Manuel Polanco fueron sólo algunos de los nombres que ocuparon las multitudinarias sillas que colmaban la sala. Al autor lo acompañaron en escena José María Lassalle, escritor y político que desde 2011 desempeña el cargo de Secretario de Estado y Cultura, José María Barreda, político español, diputado del Congreso y expresidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha por el PSOE, Javier Gomá, prestigioso ensayista, filósofo y director de la Fundación Juan March, y Juan Cruz Ruiz, fundador y director adjunto del periódico El País.

Tan ilustres tertulianos, reconocidos por su trayectoria intelectual y por su conocida aportación al pensamiento y a la actualidad política, evocaron la esencial del Cigarral, un lugar de encuentro, sosiego y pensamiento. Juan Cruz explicó entusiasmado la importancia del libro en nuestra historia, "en la historia de una España difícil en la que Marañón, el abuelo, encontró un lugar que su nieto describe de una manera que no sólo emociona por lo que contiene, sino por lo que significa", "un lugar en el mundo a partir del cual, desde el sosiego, pudo acercarse a los hombres y a la naturaleza, a la discusión y de allí a la democracia"

José María Barreda, aún a sabiendas de no ser objetivo, ni con el autor, ni con la finca, habló de sus sensaciones al leer el libro, e hizo una especial mención a las espectaculares vistas que la finca ofrece de Toledo, "un lugar, Patrimonio de la Humanidad, que siempre suscitó gran fascinación". Barreda recordó el Cigarral no sólo como "un paraje emblemático para aquellos a quienes les dolía España, un lugar privilegiado para la escapada", sino también como "un lugar para la tolerancia, el diálogo, la palabra; no sólo para decirla, sino para escucharla".

Javier Gomá vertió el comentario más filosófico de la velada y se refirió al acto de la presentación como "la celebración de un alumbramiento, el del libro", que había sido precedida de una larga gestación, en este caso de años. Describió la obra como una mezcla de "crónica de hechos, escrito polémico, noticias de actualidad, memorias, autobiografía y por momentos... confesiones del propio autor". "En conjunto, el libro es una manifestación del género histórico, podríamos precisar que microhistórico", continuó.

Gomá no pudo evitar alargar sus palabras de halago a un autor al que bien conoce y admira. "Yo ya sabía que Gregorio era un hombre muy competente, sabía que era competente como gestor empresarial, yo mismo he sabido que es competente como gestor cultural, y (lo mejor) es competente en la gestión de su vida; lo que acabo de descubrir es su competencia también como autor. Gregorio ha alumbrado un libro formal, bien estructurado, que responde a su propósito, ameno y muy bien ilustrado, en el que sorprende su manejo de un vocabulario muy versátil".

Lassalle, presentado como "el liberal" del grupo, consiguió defender precisamente su postura de que Memorias del Cigarral es "un ensayo liberal", reconociendo que, aunque no al uso, "el libro contiene una pequeña nostalgia hacia una civilización liberal, la cual está perfectamente representada en estas páginas". El Secretario de Estado de Cultura expresó su anhelo de una sociedad en la que el buen gusto, la elegancia y el escuchar sean verdades esenciales. "Y este libro", concluyó Lassalle, "representa precisamente la reivindicación de un modelo de civilización amenazado por las circunstancias".

Publicado por la editorial Taurus, Memorias del Cigarral (1552-2015) recoge la historia de la finca toledana desde las hogueras de la Inquisición (1552) a la actualidad del ahora conocido como Cigarral de Menores. Marañón recoge con veracidad y detalle la historia de su finca y relata con cariño contagioso y admiración los años en los que su abuelo fue el propietario. Gregorio Marañón (1887-1960) fue un excelente médico, científico, historiador y pensador humanista que participó activamente en la política convulsa española de principios de siglo. Su finca se convirtió en un espacio de ocio y retiro de algunas de las personalidades más influyentes de la época, atrayendo a sus jardines y estancias a escritores, deportistas, intelectuales, investigadores y científicos. Las asombrosas anécdotas e inigualables historias se suceden en este libro, que narra desde intensas tardes con Unamuno y Lorca, o acaloradas jornadas políticas a fascinantes encuentros con élites deportivas.

Tras la muerte del doctor Marañón, la finca lloró oscurecida su triste pérdida. En 1977, 17 años después, su nieto la adquirió queriendo poner a salvo un tesoro cultural incomparable y una joya de entendimiento político. Gregorio Marañón Bertrán de Lis no se ha limitado a habitar la finca, sino que ha querido revivir el espíritu de su abuelo y la fortaleza de su abuela, recuperando su esencia como lugar de encuentro cultural y del pensamiento.