El área de Cultura y Memoria Histórica y Democrática de la Diputación de Granada ha programado para los meses de abril y mayo una serie de actividades culturales, en el marco de las VII Jornadas de Memoria Histórica, que se celebrarán en el Palacio de los Condes de Gabia y que girarán en torno al papel de la Iglesia Católica entre 1931 y 1980, esto es, desde la Segunda República hasta la Transición.

Por séptimo año, la Diputación pone a disposición de la ciudadanía esta muestra de actividades culturales, que incluirán cine, conferencias, fotografía y documentos, y que tienen como objetivo analizar diferentes contextos de este período de la historia, tal y como lo ha expuesto la responsable de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, durante la presentación de este ciclo en el propio Palacio. Allí, la diputada ha confiado en que contribuya a “ampliar nuestros conocimientos sobre un tema tan relevante y de tantas consecuencias en la historia de España, como son las relaciones del Estado con la Iglesia Católica”.

Para la también vicepresidenta, la Iglesia ha mantenido siempre una “frontal oposición” tanto a las leyes como a los actos vinculados con la Memoria Histórica. Sin embargo, ha apuntado, la religión ocupa “una posición central” en la historia de España. “No hay acontecimiento, de paz o de guerra, en el que no encontremos un telón de fondo religioso y a los clérigos ocupando un papel protagonista, generalmente reaccionario”, ha subrayado.

Estas jornadas, ha añadido la responsable de Memoria Histórica, suponen un recorrido cronológico de 50 años “que ayudará a crearnos una opinión más concreta del papel que jugó la Iglesia Católica en la Segunda República, en la contienda bélica y posteriormente en la transición hacia la Democracia”.

Gómez ha recordado que la relación entre la Iglesia y el Estado ha sido "seguramente la relación más sólida de cuantas se puedan producir entre dos estados soberanos como son el Vaticano y el Reino de España”, y que en nuestra historia más reciente “solo la Segunda República se propuso seriamente la separación del poder político del religioso”, destacando que la Constitución de 1931 “no era anticlerical sino laica”.

La diputadas ha agradecido, por último, “a cuantos están trabajando por darle continuidad a las Jornadas de Memoria Histórica para poner negro sobre blanco verdades y realidades históricas que poco o nada tienen que ver con muchas de las versiones que, durante años, se nos han trasladado”.