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Inmaculate Fools, regreso en Planta Baja

  • La banda de Kent liderada por Kevin Weatherill, que se disolvió en 1997, regresa con un sonido esencial y desnudo

Big In Japan (Grandes en Japón) fue una banda de corta y furibunda vida (el grupo solo funcionó entre 1977 y 1978), que despertó grandes expectativas en el Liverpool de la época punk prácticamente antes de salir del local de ensayo. Expectativas al menos grandes en relación a sus posteriores logros, que en honor a la verdad no fueron muchos. La banda pasaría a la historia más bien como embrionaria de músicos que sí alcanzarían el triunfo posteriormente en sus proyectos de los ochenta, cuando su guitarrista, su bajista y su batería formaran parte, respectivamente, de The Lightning Seeds, Frankie Goes To Hollywood y Siouxie & The Banshees.

El nombre de Big In Japan hace referencia a aquellos artistas que sin apenas llamar la atención en su Inglaterra natal (con el permiso de los Estados Unidos, el centro neurálgico de todo lo que importaba en el pop y el rock), obtenían repercusión en algún mercado menor en el que se hacían 'grandes'. La expresión se utilizaba con un sentido entre irónico y despectivo para designar a los grupos que no lograban abrirse paso en el competitivo mercado británico pero que sin embargo presumían de ser "grandes en Japón". Un caso paradigmático fue el que protagonizaron en la segunda mitad de los ochenta The Inmaculate Fools, un cuarteto procedente de Kent formado por dos parejas de hermanos y liderado por la voz temblorosa de Kevin Weatherill. El grupo practicaba una especie de psicodelia post-punk, entre la oscuridad de los Psychedelic Furs y la grandiosidad de unos Waterboys pre-folk que, contra todo pronóstico, fue recibida en España como el último grito de modernidad venido de la pérfida Albión.

Tras un par de ep's en 1984, publican su álbum de debut, Hearts of Fortune (A&M, 1985) que contenía la canción Inmaculate Fools. El tema pronto se convierte en un pequeño himno para imposibles modernos incomprendidos, chicos con hombreras y el pelo cardado -servidumbres de los ochenta- pero con corazón folk. Durante la segunda mitad de la década los cambios se suceden, el grupo publica Dumb Poet (A&M, 1987), dedicado a Federico García Lorca, por entonces una figura no totalmente rehabilitada del ostracismo al que tras su fusilamiento lo sometió el régimen de Franco, cosecha algunos éxitos más -Tragic Comedy, Wish You Were Here o So Sad, esta última de su siguiente álbum, Another Man's World (Epic, 1990)-, los hermanos Ross se marchan dejando solos a los Weatherill, que reestructuran la banda, y poco a poco su impronta se va desvaneciendo. Con la llegada de los noventa y el grunge, Inmaculate Fools parecen pertenecer ya a otra época y así se disuelven en 1997 tras una carrera de seis discos de estudio y un recopilatorio. En estos casi veinte años Kevin Weatherill ha mantenido su idilio con España, pasando temporadas enteras viviendo en Galicia, y a nivel artístico se ha reconvertido en un cantante de rock y blues con el seudónimo de Dirty Ray.

Hasta que la pasada primavera decidió formar un nuevo equipo para resucitar a Inmaculate Fools y volver a grabar algunas de las hermosas canciones con las que triunfó en España, despojándolas de todo esa sobreproducción a la que nadie que entrara en un estudio en los ochenta escapaba. Seguro que la naturalización del sonido le sienta estupendamente. El álbum con las nuevas versiones se llama Turn the Whole World Down y la ocasión de reencontrarse con la propia juventud, la conjunción astral para volver a ser un loco inmaculado tendrá lugar esta noche a partir de las nueve en Planta baja.

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