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Julio Juste permanece

  • Se inaugura en el Palacio de los Condes de Gabia la muestra 'Conjeturas del corazón. Pinturas, vídeos, leds y sonidos' una semana después del fallecimiento de su creador

Una de las razones de ser del arte es su inherente eternidad. Dejar parte del alma en el mundo, que al final acaba con nosotros. El artista no desaparece, al menos su mejor parte. La huella de su intelecto, el testimonio de su verdad, la sombra de su discurso. Nada de eso muere jamás. El artista revive en el momento en el que una materia gris se excita contemplando su obra.

Julio Juste dejó una sombra de mil colores, diodos, trazos de óleo y manos impresas. El artista fallecido hace ahora una semana se queda, permanece y se sostiene en el tiempo con mucha más solidez que la que deja un recuerdo. Ayer Juste no estaba, no pudo ver su última exposición inaugurada, pero su modo de vida, su arte, sirvió de anfitrión para las decenas de personas que acudieron al Palacio de los Condes de Gabia para ver su Conjeturas del corazón. Pinturas, vídeos, leds y sonidos. Una muestra que contiene sus últimos proyectos y supone el regreso del artista jienense al espacio de la institución provincial después de treinta años.

La exposición es una panorámica de lo que sucedía en el estudio del artista jiennense

La inauguración debía haber tenido lugar la pasada semana, el mismo día de la muerte del de Beas del Segura (Jaén), por lo que el acto de ayer fue algo mucho más profundo que una puesta de largo de un puñado de obras de arte. Fue un adiós, un homenaje. Fue un relato plástico de la vida de un artista.

"Aunque lo que más me interesa es la pintura, esta se ha visto implicada en otros medios y otros lenguajes, como el vídeo y el sonido, que no son excluyentes, sino que puede establecerse una síntesis entre ellos y en concreto, esta exposición podría ser el cenit, un momento culminante al menos, de esta simbiosis y de mi preocupación por la suma de la dimensión temporal" decía el jiennense en una de sus últimas entrevistas. Así era Juste, próximo en la lejanía de quien todo lo entiende a través de su obra.

Así la exposición Conjeturas, es un making off de lo que pasa en el estudio de Juste. La puesta en escena a modo de probeta plástica de las experimentaciones visuales del artista. Juste llevaba más de diez años añadiendo a su creación recursos multimedia, como el vídeo, los led y el sonido, amplió su concepción de la pintura, especialmente del color, y de la coincidencia temporal entre hechos sonoros e imágenes dinámicas. Solo hay que dar un paseo visual por la exposición y todas estas claves saltarán a la vista como cientos de bombillas.

En el Palacio de los Condes de Gabia, además de las 10 obras del de Jaén se pueden contemplar varias instalaciones producidas desde finales de los noventa hasta ahora. En la instalación La cueva y la pantalla (2016) Juste experimenta la dimensión temporal de la pintura, al introducir un aparente movimiento, a manera de una imagen dinámica GIF.

El parpadeo es la clave de la apariencia cinética de esta propuesta, pero también la elección de los tonos bajo ciertos principios muy conocidos de la simultaneidad del color. Basado en estos, la luz resalta u omite ciertas imágenes. En otro de los cuartos aparece Corcheas contra leds (2015), el color, tanto de los papeles como de las líneas de los led que estos interceptan, se ve modificado según la enigmática lógica de unas pulsaciones que acompañan al sonido, buscando la "conjunción sinestésica" que el autor tanto buscaba.

"Esta exposición enlaza con aquella que tuvo lugar en esta misma sala en 1987 cuando el Área de Cultura de la Diputación iniciaba su andadura en el terreno de las exposiciones. A lo largo de estas últimas tres décadas, diversas iniciativas de esta área han contado con su colaboración, como autor y particularmente como diseñador gráfico y editorial, terreno en el que su impronta también creó escuela" dijo ayer Fátima Gómez durante la presentación de este homenaje.

Desde la década de 1980 Julio Juste no ha parado de 'girar' con sus obras. Con exposiciones individuales, como corresponde a los grandes, llevó su obra a grandes ciudades del arte como Madrid, Milán, Roma, Nueva York o Granada. Simultáneamente, participó en numerosas exposiciones colectivas organizadas tanto en España como en otros países.

Además de su obra pictórica y gráfica, destacan sus intervenciones y pinturas murales, como la bóveda de la Fundación Euroárabe con sede en Granada, y sus trabajos como agitador cultural, en forma de guiones y cortos en super 8 para el festival de cine independiente inCINEración y el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada. Un artista todoterreno que no se alcó en el lápiz y el papel.

Juste trabajó habitualmente como diseñador gráfico y editorial para diversas instituciones y empresas, entre ellas, el Festival de Música y Danza de Granada, el Centro José Guerrero de la Diputación de Granada, y la propia institución provincial, en cuya colección de arte se encuentra la conocida obra "Imperial Court" (1986).

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