Javier Ruibal, la familia que actúa unida en el teatro de CajaGranada permanece unida
Javier Ruibal es uno de los artistas más queridos del público granadino, de eso no hay duda. Cada una de sus actuaciones por aquí es recibida con regocijo y entusiasmo por su fieles admiradores. Pero en esta ocasión hay además algunas características que harán que su concierto granadino sea particularmente especial. Casa Ruibal, que así se llama el espectáculo que ha preparado el portuense, no solo es un recital de Javier Ruibal, es también un entrañable encuentro sobre el escenario con sus más allegados, sus propios hijos. Ya la última vez que actuó en el Teatro CajaGranada, donde mañana repite a partir de las nueve de la noche, lo hizo acompañado por la banda donde milita su hijo Javier, un más que esplendoroso grupo de fusión que tuvo su parcela de protagonismo aquella noche. Ahora no solo vuelve acompañado de su hijo Javier, sino que como los viejos titiriteros ha subido al carromato a su hija Lucía, consumada bailaora de flamenco. Así, con Casa Ruibal, además de mantener a la familia unida, consigue fundir las disciplinas de tres artistas que interactúan en el escenario. Por un lado él comanda la nave al son dulce y melancólico de su cancionero, lleno de aromas marineros, andaluces, aflamencados. Por otro, su hijo Javier, especialmente dotado para la percusión, pone el contrapunto rítmico y el compás cadencioso y gaditano que precisan las composiciones Ruibal.
Finalmente Lucía corona el espectáculo con una colorista coreografía en la que las esencias del baile flamenco están siempre presentes. Así sus hijos entrelazan sus maneras creativas con las de su padre para rememorar ese tiempo en que al abrigo de su música fueron creciendo como artistas, buscando sus propios caminos expresivos que hoy son realidad llena de luz, de verdad y proyección de futuro.
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